Castillo tranquilo

Vladimir Cerrón afirma que en el Congreso no se han reunido los 87 votos necesarios para vacar al Presidente. El engreído del castro-chavismo tiene fuentes confiables que serían los agentes del G2 en nuestro país. Aceptar que los estrategas y espías de una de las inteligencia más sofisticadas y eficientes del planeta están detrás de la puesta en escena de este gobierno, permitirá un mejor análisis de la situación y sus posibles desenlaces. El alumno les salió idiota, pero sigue bien el guión.

Varios opinólogos confundidos creen que Pedro Castillo está nervioso, asustado, porque mañana lunes enfrentará un pedido de vacancia. ¿En serio? Castillo debe estar más bien tranquilo pues cuenta con el apoyo de la poderosa secta comunista Organización de Estados Americanos, OEA, la mismísima que bendijo el resultado de las sospechosas elecciones que lo dieron por ganador.

El respaldo de ese ente al régimen se refleja en el documento cursado al Congreso por el canciller César Landa, solicitando que tres representantes puedan estar presentes mañana. En el oficio dirigido a la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, el canciller le informa que la Secretaría General de la OEA emitió una nota pidiendo facilitar la presencia de sus representantes en la sesión. Asustado, dicen. ¡Ja!

Castillo y su premier Aníbal Torres Vásquez han aprovechado los días promoviendo la narrativa del ‘golpismo’, de la élite que gobernó por doscientos años robándole al pueblo, de los sectores congresales que desprecian al Presidente por humilde, que la prensa mentirosa tiene preparada una campaña de infamias y que “si Pedro Castillo cae, caemos todos, todos los pueblos del Perú (…) Las consecuencias no las sabemos”. (Torres dixit).

Victimización, identificación con el que nada tiene, culpar al que tiene, la prensa y el Congreso como representantes de la maldad, miedo por lo que vendrá, emoción, emoción y más emoción. El régimen no le habla a los electores de Lima ni a los urbanos, tampoco a los emergentes. Su mensaje es para esos millones de peruanos sin agua, luz ni una vivienda digna, sin oportunidades y olvidados por el Estado.

Si nos ponemos un segundo en esos zapatos gastados y sentimos la angustia de no saber qué comerán esta noche nuestros hijos, lo que diga el gobernante y su premier cobra sentido. Después de todo, ¿qué culpa puede tener quien es presidente apenas hace siete meses de la pobreza? ¿Qué son los veinte mil dólares de Pacheco, frente a los miles de millones robados en el muy sonado caso Lava Jato? ¿Qué de malo tiene el agua arracimada cuando al menos sesenta por ciento de la población recurre a la medicina tradicional, a la herbolaria, a la pasada del cuy o del huevo?

El G2 cubano sabe lo que hace y el premier Torres no yerra cuando dice “las consecuencias no las sabemos”.

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