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Cincuenta mil millones

Fecha Publicación: 12/11/2022 - 00:50
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El llamado ‘Acuerdo de Colaboración Eficaz’ con Odebrecht era secreto inclusive para el fiscal de la Nación. De hecho, el fiscal Pedro Chávarry fue retirado al querer conocer el contenido del documento clandestino. Quienes levantaron su voz contra el acuerdo de marras fueron tildados de “blindadores”, “fujiapristas” y demás artillería propia de la izquierda y de los caviares.

El asunto era y es dañino para el Perú. No sirvió para nada y se cayó (suspendió, dicen) por decisión de la fiscalía brasileña, protegiendo a la empresa que sistematizó el robo al Perú de cincuenta mil millones de dólares, con la colaboración de su principal cómplice local, Graña y Montero y la incompetencia del equipo especial ‘Lava Jato’, cuyos fiscales José Domingo Pérez y Rafael Vela Barba aceptaron los beneficios exigidos por los ladrones; hasta seguir contratando con el Estado. Los testimonios recabados por los fiscales viajeros no podrán usarse. O sea, aquí no pasó nada.

El domingo último, en el programa Políticas de Carla García, la excongresista Rosa Bartra, presidenta de la Comisión Lava Jato, explicó que “solo había que esperar para que ese circo se cayera. Había dos ángulos de investigación: aportes de campaña y corrupción”. Y claro, los fiscales optaron por seguir la ruta de los aportes de campaña, probablemente como excusa para desatar una cacería de brujas contra los opositores de Martín Vizcarra (ex apoderado en Moquegua de Graña y Montero, y proveedor de Odebrecht para la IIRSA Sur). Así, Pérez y Barba dejaron de lado los cincuenta mil millones de soles que comprobadamente se llevó Odebrecht, GyM y otros pocos.

Bartra calificó el ‘Acuerdo’ con los brasileños como “entreguista” pues Odebrecht se declaró culpable solo en cuatro proyectos cuyas investigaciones estaban ya entonces bastante avanzadas; “pero se declaró inocente en el caso del Gasoducto Sur Peruano, GSO, el proyecto más caro y más corrupto de la historia del Perú”, comentó Bartra.

Y ocurrió después que para evitar la cárcel, José Graña M.Q., cómplice principal de Marcelito Odebrecht en Perú, buscó acogerse a la colaboración eficaz y necesitó aportar información nueva: y ¡boom! dijo que en el Gasoducto, donde fue socio, hubo corrupción. La pregunta es ¿qué hará la Fiscalía con este ladrón confeso? ¿Qué haremos sus socios decentes del Grupo El Comercio?

Ayer el periodista Juan Manuel Robles, rojito él, refiriéndose a otro tema escribió en el semanario de Hildebrandt: “Tu molestia no es rabia política: se parece más a la que sientes contra el mozo del chifa que te sirve el wantán”. Esto puede aplicarse al caso de Graña porque mientras a Castillo y a sus amigos les llueven las denuncias, justificadas sí, por unos supuestos hurtos miserables, el confeso Graña tiene centenares de millones mal habidos a buen recaudo, y la Fiscalía y los periodistas no dicen ni pío.

¿Será por no parecerse al mozo del wantán o quizá su billetera mata la indignación y compra silencios y conciencias?

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