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Claroscuros de una economía a la criolla

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Fecha Publicación: 06/09/2025 - 22:00
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En el contexto global de una inflación subyacente alta y riesgosa, pero cuyo dinamismo desvela síntomas de una desaceleración gradual debido a factores de oferta, es envidiable los resultados que arroja nuestra política monetaria, que ha posibilitado que la inflación cayera negativamente en agosto último a -0.29 %, que orbite por el 1.24 % entre enero y agosto y anualmente (agosto 2024-agosto 2025) alcance la cifra de 1.11 %. El impacto de estos indicadores no pasó desapercibido y todo indica que la inflación de 2025 terminará entre el 1 % y el 3 %.
En la perspectiva de valorar la economía en general, particularmente la situación de la población económicamente más vulnerable, sostengo que los índices de inflación medida mes a mes y también anualizada reflejan para la mayoría de peruanos noticias esperanzadoras. Esto porque, con escasos recursos monetarios, se adquiere, sostenidamente, alimentos y energía. Y para las economías superiores, este equilibrio significa mantener el ritmo de adquisiciones con normalidad y en crecimiento. A ello se añade la fortaleza de nuestro sol, que desde hace años mantiene su equivalencia con otras monedas. Ocurre con el dólar, y otro tanto con todas las monedas del entorno fronterizo y no fronterizo.
Sin embargo, no todo lo que brilla es oro. La macroeconomía preocupa en un escenario de una campaña electoral presidencial que emerge muy crispada. Así, el Presupuesto Anual de 2026 es de 257,562 millones de soles, cifra alta que, convertida en dólares, suma 73 mil millones de dólares. El déficit fiscal anual para este año está previsto para una meta de 1.8 % del PBI. Sin embargo, el actual déficit fiscal 2025 cerraría cerca del 3 %; por tanto, el establecido 1.8 % no es real.
Al analizar en dólares el total del Presupuesto 2026, este se acerca mucho al total de las Reservas Internacionales Netas (RIN), que llega a un nivel récord de 85,000 millones de dólares (BCRP). La diferencia no es sustancial y cada año se acercan más, lo que podría significar consecuencias funestas, entre ellas no apuntalar la solidez externa del país.
Estos desequilibrios se deben sobre todo al espíritu populista, demagógico y uso inconstitucional que practican los congresistas, quienes, con luz verde del Tribunal Constitucional (TC), han roto el mandato del artículo 79 de la Carta Magna, que prohíbe a los parlamentarios crear o aumentar gastos públicos. Esta norma es vulnerada constantemente con iniciativas sobre diversas obras públicas que, lobbies mediante, obligan al Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) a solicitar créditos suplementarios. Ello ocurre a lo largo del año, especialmente durante los trámites parlamentarios y el debate anual del Presupuesto.
Lamentablemente, el MEF no ha sido capaz de detener tanta sangría fiscal que atenta contra la estabilidad o equilibrio de las cuentas públicas, en el contexto mediocre de crecimiento (entre el 3 y 3.5 % del PBI), cuando el potencial del Perú está por encima del 6 %. Un ejemplo de juerga fiscal es el crédito suplementario aprobado por 1,300 millones de soles para pequeñas obras públicas en gobiernos regionales y locales. Configura un peligroso gasto público que hay que evitar.¡

Exsenador de la República

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