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Cómo cuidar al paciente terminal

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Fecha Publicación: 18/06/2019 - 21:10
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La vida y la muerte son dos caras de una misma moneda. La muerte nos acompaña todos los días, a veces desde lejos o nos roza más cerca, pero un día llegará para todos. Experiencia única, desconocida, evitamos hablar de ella. Para alguno todo acaba en el momento en el que el corazón se paraliza, para otros en cambio continúa. Todo lo hecho y lo que no se pudo hacer, lo que se dijo y lo quedó sin decir. Cuanto más cerca nos encontramos a ella, afloran aspectos religiosos y espirituales; pero siempre quedará una interrogante sobre el momento final de la vida. El paciente terminal es aquel que tiene una enfermedad incurable y progresiva con falta de respuesta al tratamiento y por lo general con pronóstico de vida menor de seis meses. Causa gran impacto emocional en él, su familia y los profesionales de salud que lo tratan.

Puede recibir atención médica en su casa u hospital, sin embargo un hogar cálido y un ambiente familiar puede ser lo más apropiado pues se evitan los métodos invasivos de tratamiento. En todo caso se puede consultar con el enfermo, toda vez que sea posible. ¿Cuánto me queda de vida? ¿Cómo voy a morir? ¿Por qué a mí? Son algunas preguntas del paciente terminal. Médicos, enfermeras, auxiliares, así como familiares deben brindarle apoyo emocional mientras esté consciente y pueda recibir información.

Aliviar la impotencia o culpa que pudiera sentir, brindarle confort, compañía, tratamiento del dolor, ansiedad o depresión si están presentes y lo incomodan. Coordinar entre familiares y amigos lo que se hará en cada situación, no escatimar recursos para mejorar su bienestar o calidad de vida sin necesidad de tratamientos costosos que pudieran ser una carga desproporcionada para el paciente o su familia. Hacer todos los esfuerzos para que el enfermo resuelva adecuadamente sus asuntos personales, familiares, económicos, legales y espirituales. Es la última oportunidad para reconciliarse con parientes o amigos, reconocer legalmente a hijos si no se hizo, tomar medidas para asegurar el bienestar de quienes dependen de él, manifestar decisiones según sus creencias, lo que se hará póstumamente con sus restos, facilitando el acceso a las personas o entidades que se requieran para resolver los problemas que le preocupan al enfermo.

Los que atienden a un paciente terminal deben ser los que más disposición y habilidades muestren para resguardar su tranquilidad y dignidad, pues podría resultar agotador. Una actitud de escucha con atención y cortesía sentado al lado de la cama, no de pie ni con brazos cruzados, sin interrumpirlo, dándole espacio para que ordene sus ideas, miedos o sentimientos, evitando discrepancias inútiles.

En caso de pacientes con dificultad para comunicarse verbalmente por uso de sondas o tubos, hay que interpretar la mirada, expresión facial, gestos y posturas. Antes del desenlace incluso en la inconsciencia, el respeto, contacto físico como tomar la mano, tocar el hombro, abrazar, acomodar almohadas, secar la frente, acariciar, puede ser el medio de comunicación más fácil para transmitir disponibilidad, solidaridad, preocupación, cercanía, cariño y agradecimiento. Al final de la vida sólo te llevarás el amor que diste y el amor que recibiste, te irás ligero de equipaje, casi desnudo; casi como cuando llegaste.

Médico Psiquiatra

estelakori@hotmail.com