Confusión a la cubana
Manipulación informativa para crear confusión, incertidumbre, odio, polarización y sembrar una profunda desconfianza en los líderes políticos de la oposición. Todo lo anterior es parte de la receta de una de las inteligencias más sofisticadas del planeta, el G2, cubano, para implantar su narco-castro-chavismo, apodado ‘Socialismo del siglo XXI’.
El estratega chino Sun Tzu, en su ‘Arte de la Guerra’ escribe: “Genera confusión en las líneas enemigas”. El régimen de Pedro Castillo parece estar siguiendo esa máxima, así como el manual cubano, para generar desconcierto. Buena parte de los congresistas están paralizados ante la confusión del ruido político que les llega por diestra y siniestra. La más afectada es la presidenta del Congreso, María del Carmen Alva, quien hace unos días poco le faltó para encender una vela y entonar la canción tradicional afroamericana ‘Kumbayá’ , asociada por la cultura popular al abrazo y al acercamiento. Esto después de que el altisonante Aníbal Torres, a la sazón el premier que busca el voto de confianza del Congreso, maltratase, en conferencia de prensa, la imagen de los parlamentarios y del propio Congreso. Luego de la pateadura verbal, reapareció conciliador y Alva ¡ay! sucumbió. O sea “contigo aprendí que existen nuevas y mejores emociones”.
Cuando se pensaba que todo era felicidad, apareció la ministra de Trabajo, Betssy Chávez, para decir “No voy a retirar absolutamente ninguna denuncia. Ni la de Alva, ni la de Patricia (Chirinos). Creo que jurídicamente tengo razón”. Fin de la inexistente tregua. Chávez presentó una denuncia constitucional contra la presidenta del Congreso por conversar con otros congresistas sobre la vacancia. Y lo propio contra Patricia Chirinos por su opinión sobre el actual régimen, expresada en un foro organizado por el Instituto América por la Democracia. ¿Qué dijo Chirinos? Que el Perú es gobernado por un “terror socialista”, y que “la izquierda caviar utiliza el Estado como agencia de empleos”. Prohibido conversar y opinar libremente.
Mientras tanto Pedro Castillo daba discursos de plazuela en provincias: “No me preocupan los ruidos políticos inútiles porque sé que voy a trabajar por los más olvidados y estamos asumiendo la responsabilidad de este pueblo”, y “vuelvo a decir al pueblo que estamos para dar la cara y renegociar los contratos, para que ese presupuesto sirva no para el bolsillo ni para intereses mezquinos, sino para las comunidades”.
Aprendan novatos, así juega el comunismo. Patea, luego abraza para acercar al enemigo y apuñalarle. Sería mezquino no reconocer la labor de higiene, realizada por Pedro Castillo a favor del Perú, al erradicar a los funestos parásitos caviares de puestos clave en el Estado. Por eso ahora quieren tumbarlo y entronizar a Dina Boluarte, suma sacerdotisa de ese sector. Fuera de esa tarea profundamente patriótica, Castillo no exhibe ningún otro mérito.
El hombre, así no lo quiera ahora, representa al filoterrorismo y al caos a la cubana.
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