Corazones domesticados
Beto Ortiz llegaba cada martes al penal de Ancón II cargado de libros para transmitir su pasión por la literatura a cuarenta jóvenes reclusos. Durante tres años, les abrió las puertas a un mundo de palabras, donde descubrieron la libertad se escondida en las páginas de los libros. De esa experiencia nació la película ‘Corazones Vándalos’ y el libro del mismo nombre, que recopila los escritos de estos jóvenes que encontraron en la literatura una voz que pugnaba por expresarse, como cuento, poesía, rap y hasta en grafiti.
La reciente presentación del libro estuvo a cargo de la periodista Magaly Medina, quien, más allá de su fama por los ‘ampays’, es una mujer culta y parte de la escena poética y literaria de los años ochenta y noventa. Ella además vivió algunos meses el infierno del encierro por haber, supuestamente, difamado al pelotero Guerrero.
La película ‘Corazones Vándalos’ llega a la pantalla tras casi una década desde comenzada su filmación. El proyecto fue interrumpido trágicamente por el asesinato del periodista José ‘Pepe’ Yactayo, en 2017, quien estaba a cargo de la edición del material. Ortiz abandonó el proyecto, en medio de infundadas acusaciones de obstrucción a la justicia por una portada de Caretas, ver: Ver: https://marthameiermq.blogspot.com/2017/03/nausea-en-portada.html
Náusea en portada
Beto Ortiz ha sido víctima de la portada más infame de Caretas. Sí, la misma publicación que en un pasado remoto fue referente de periodismo...
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Dejó de lado, también, el taller de literatura, una decisión de la que se arrepiente, como reveló en una entrevista con Carlos Carlín. La película quedó en pausa hasta que Carla García rescató las 200 horas de grabación y tomó las riendas. El cruel asesinato de Yactayo cambió el enfoque y debió replantearse. El vendaval García desempeñó un papel crucial en la selección de imágenes, la música y la edición, dando vida a la obra cinematográfica. Como enseñó el maestro Armando Robles Godoy, es en la edición donde realmente nace una película y Carla es, por tanto, la directora de ‘Corazones Vándalos’.
Beto Ortiz ha enfrentado persecución política y ha tenido que dejar el Perú en dos ocasiones debido a represalias inminentes. Pero, siempre regresa, aportando claridad desde la pantalla para proteger a la audiencia de la desertización mental.
Él contagió a los reclusos con su amor por la lectura, convirtiéndose en el maestro que nunca tuvieron. Demostró, además, la utilidad social de la literatura al hacer que los reclusos fueran más empáticos y dispuestos a comprender al otro. La ficción les ayudó a enfrentar sus angustias y a alejar a la “pensadera”, como dice Fabio Dulce, ahora libre y a punto de graduarse de ciencias de la comunicación, reintegrado a la sociedad.
‘Corazones Vándalos’ nos hace admirar aún más a Beto Ortiz, el hombre, que ha caído repetidamente para levantarse con más fuerza. Difamado una y otra vez, a la luz de la verdad aparece como el ser valiente y decentísimo que es.
Como en El Principito que estando triste que se encuentra con el zorro, logró domesticar cuarenta corazones en ese taller de literatura. Y esos corazones domesticaron, también, el suyo.
Por Jorge Montoya
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