Crímenes de lesa humanidad y colusión de los poderes del Estado
Los artículos 6 y 7 del estatuto de Roma suscrito por el Perú y que lo somete a la competencia jurisdiccional de la Corte Penal Internacional tipifican los delitos de GENOCIDIO:
a) Matanza de miembros del grupo.
b) Lesión grave a la integridad física o mental de los miembros del grupo.
c) Sometimiento intencional del grupo a condiciones de existencia que hayan de acarrear su destrucción física, total o parcial.
d) Medidas destinadas a impedir nacimientos en el seno del grupo.
Cuando se cometen con la intención de destruir total o parcialmente a un grupo nacional, étnico, racial o religioso.
CRÍMENES DE LESA HUMANIDAD, cuando como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil, se cometan entre otros:
a) Asesinato.
b) Exterminio.
e) Encarcelación u otra privación grave de la libertad física en violación de normas fundamentales de derecho internacional.
h) Persecución de un grupo o colectividad con identidad propia fundada en motivos políticos, raciales, nacionales, étnicos, culturales, religiosos, de género definido en el párrafo 3, u otros motivos universalmente reconocidos como inaceptables con arreglo al derecho internacional, en conexión con cualquier acto mencionado en el presente párrafo o con cualquier crimen de la competencia de la Corte.
j) El crimen de apartheid.
k) Otros actos inhumanos de carácter similar que causen intencionalmente grandes sufrimientos o atenten gravemente contra la integridad física o la salud mental o física.
Crímenes que están cometiendo emulando el nazismo, en colusión con la élite mundial, presidentes, ministros, con interés inusual de los ministros de salud como Hernando Cevallos, y una red de corrupción de operadores públicos y privados que están imponiendo con decretos inconstitucionales la vacunación forzada de la población sana, con sustancias de experimentación transgénica de graves efectos adversos seguidos de muerte, bajo amenaza de muerte civil por impedirle el acceso al trabajo, a los centros de salud, a transportarse, y a los espacios donde se realizan todas las actividades esenciales.
La manifestación de los titulares de los organismos del Estado llamados a defender a la nación, respaldando estos crímenes, revela una colusión del más alto nivel, que demuestra la gravísima crisis moral del país.
El poder engaña a los que lo detentan, les hace creer que son inimputables y que pueden vender la conciencia, la familia y la Patria, pero el espejismo acabará pronto y serán juzgados y condenados a cadena perpetua.
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