Criterios para las alianzas electorales 2026

El 2 de agosto de 2025 se vence el plazo para solicitar inscripción de alianzas electorales. Entonces, ¿qué criterios prevalecerán para conformarlas?
El congresista Bermejo, de Voces por el Pueblo, se manifestó en contra de una alianza con Alfonso López-Chau por mostrar este apertura con la derecha y centroderecha. Tampoco iría con Humala, al que considera un fascista hitleriano con propuestas inviables. Perú Libre habría jugado mal sus cartas; estaría sirviendo de soporte de vida a Dina Boluarte; entonces, tampoco sería viable una alianza con Cerrón. Sin embargo, Bermejo llama a una unidad de la izquierda, la que, de alguna manera, se ha dado y se sigue dando en el Congreso. Esta unidad se sustentaría en una nueva Constitución, una segunda Reforma Agraria, política descentralizadora y de ayuda social que Boluarte considera “derechos” inalienables de la población de menos recursos.
En la derecha, tenemos partidos con sus “candidatos naturales”; con precandidatos estratégicamente recién incorporados, escogidos a dedo; y numerosos partidos nuevos sin candidatos visibles, otros con candidatos de sacrificio y otros que se autoperciben posibles outsiders.
Lo cierto es que, entre ellos, se fagocitan. Efectivamente, los partidos grandes digieren, absorben a los pequeños, a los débiles pero que, por lo menos, aporten candidatos interesantes con fuerte respaldo popular que aseguren votación que sume a la candidatura presidencial, sobre todo en las poblaciones en las que los movimientos regionales son fuertes. Los que no aporten, aporten muy poco o representen un riesgo, no son siquiera considerados.
Entonces, es recurrente entre los partidos de derecha que, refiriéndome a los que se autoperciben favoritos a la segunda vuelta, no formarán alianzas a menos que les convenga. Así, estaríamos hablando de Fuerza Popular, Alianza para el Progreso, Somos Perú, Avanza País, País para Todos y uno que otro más. El resto de partidos, día que pasa, ve acercarse el día de su inexorable extinción partidaria.
Dicho esto, lo que predomina, en el ámbito de las alianzas, son dos claras posturas. La de izquierda que, desde mi humilde visión quijotesca, tenderá a presentar candidato único que logre consensos entre posturas radicales como las de Bermejo con las propuestas edulcoradas supuestamente no tan radicales como las de López-Chau. Esta candidatura llegará pronto, logrando el heterodoxo milagro de juntar perro, gato y pericote; sabiéndose que estos, tras las elecciones, ipso facto tenderán a fraccionarse.
La postura de derecha, inherentemente atomizada; por la visión mesiánica de sus propietarios partidarios; por considerarse los iluminados salvadores de la patria; por ego; por locura electoral; tenderá a presentar múltiples candidatos, con la consecuencia lógica de fragmentar el voto, corriéndose el riesgo de que ocurra lo mismo que en abril de 2021.
Ojalá que el Dios de Espinoza posibilite que algo ocurra para que Acuña, Luna, Fujimori, los candidatos del APRA, PPC, Acción Popular, Somos Perú y los de las decenas de partidos de derecha entiendan que ya no es su tiempo, que deben jubilarse políticamente; que ya no es tiempo de “Los Innecesarios”.

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