De la mano Legislativo y Ejecutivo por la seguridad
La Semana de Representación, que nació para establecer un contacto entre los votantes de cada circunscripción electoral y los congresistas, fue modificada para que los parlamentarios puedan viajar a cualquier parte del territorio nacional sobre la base de que representan a todo el país. En la lírica suena bien, pero no es eficaz para el mundo real.
Esta semana que culminó fue para Lima una de las más amargas, producto de la violencia contra los transportistas que ocasionó un paro y generó que doce distritos de la capital se declararan en emergencia. El gobierno actuó a la altura de las circunstancias creando, desde el Ministerio del Interior, una estrategia que esperamos dé resultados positivos por la tranquilidad pública; sin embargo, me pregunto: ¿dónde estuvieron los parlamentarios de Lima? ¿Acaso no era lo más conveniente que se movilizaran en las zonas convulsionadas para ejercer la fiscalización necesaria? Me gustaría conocer, como ciudadano limeño, ¿dónde fueron los parlamentarios de la capital durante esta semana y qué actividades realizaron? Ya que, con una ciudad convulsionada por las protestas y la violencia, lo lógico hubiera sido que estuvieran en la capital y, desde el Congreso, trabajando con el gobierno para atenuar la escala violentista y la protesta de los transportistas.
Por otro lado, está en ciernes la interpelación al ministro del Interior, la cual se llevará a cabo dentro de la emergencia por la inseguridad ciudadana, pero ¿no sería más conveniente que el ministro esté dedicado a las actividades de la emergencia que preocupado por absolver un pliego interpelatorio?
Algunos quizás dirán que justamente la interpelación tiene que ver con la criminalidad que nos azota, pero ¿no sería mejor que se interrumpiera por algunos días la interpelación y luego juzgar si fueron o no efectivas las acciones que se han realizado en el estado de emergencia? Seguramente el ministro habrá dispuesto que sus asesores estén elaborando las respuestas del pliego interpelatorio, luego de lo cual deberá ensayar su presentación ante el pleno del Congreso, distrayendo para ello horas valiosas que podrían ser usadas para supervisar las acciones que se están realizando en la lucha contra la criminalidad.
El gobierno, por otro lado, deberá enviar cuanto antes la iniciativa sobre terrorismo urbano, y el Congreso deberá discutirla y aprobarla lo más pronto posible. En resumen, parlamentarios fuera de Lima cuando más se les necesita en Lima, interpelación a destiempo y una ciudad que necesita un trabajo de la mano entre el Poder Legislativo y Ejecutivo.
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