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De mandiles, blindajes e impericias del día a día

Fecha Publicación: 23/06/2019 - 22:00
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Mientras los estereotipados mandiles rosados desatan la ira homofóbica del más añejo conservadurismo de sabor nacional y el Congreso sigue blindando a sus corruptos, el Ejecutivo no da pie en bola para demostrar la efectividad de sus principales políticas públicas (seguridad ciudadana, salud y educación) en medio de su inoperancia para reactivar la economía, cuyo enfriamiento es más evidente que el clima limeño.

Atosigado por estas bravatas mediáticas de nuestra clase política, el ciudadano sigue perdiendo a borbotones la confianza en las instituciones que supuestamente deberían atender la problemática que afronta día a día. Obviamente, la principal responsabilidad está en quienes están a cargo de la gestión de los recursos públicos –miles de millones de soles y capital humano–, cuya eficacia, en la mayoría de casos, deja mucho que desear.

¿Alguna respuesta efectiva del gobierno central y municipios en materia de la creciente inseguridad ciudadana? A la fecha solo las medidas migratorias bañadas de xenofobia contra nuestros hermanos venezolanos, la anunciada compra de más patrulleros y el aumento del número de policías. ¿Y las estrategias de prevención y de acción contra la delincuencia basadas en la articulación de organizaciones vecinales, comercios, comisaría, serenazgo municipal y el sistema de justicia?

Mientras no haya un liderazgo que active la esencia de la seguridad ciudadana basada en la confianza en sus instituciones, las familias y los comercios seguirán a merced de la delincuencia empoderada por la ineficacia e inacción de las autoridades.

¿Alguna respuesta efectiva del gobierno central y gobiernos regionales para mejorar la calidad de la atención en hospitales y centros de salud? A la fecha solo han salido a los medios de comunicación para alertar los síntomas del síndrome de Guillain-Barré e ir cuantificando bajas mortales. Sin embargo, nada sobre las medidas adoptadas, por ejemplo, para disminuir los tiempos de atención o ampliar su capacidad de respuesta en emergencias.

Pero, tal vez lo más indignante es buscar tapar su ineficiencia en la compra y distribución de medicinas para atender las urgentes necesidades de los más humildes que se atienden a través del SIS o de la seguridad social. En vez de dar solución efectiva a esta problemática que aqueja la enfermiza salud pública, al Poder Ejecutivo no se le ocurrió mejor idea de enfocar la “problemática de la venta de genéricos en las farmacias”.

Mirar la paja en el ojo ajeno, sabiendo que lleva un tremendo tronco en el suyo, no solo es una moraleja bíblica para la reflexión en la misa dominical sino debiera ser motivo para que, de una vez por todas, los responsables de la gestión pública se pongan no solo el mandil rosado para la foto genérica, sino que se remanguen la camisa, se coloquen el overol y empiecen a dar solución efectiva a los problemas del día a día que sufre la ciudadanía.