Deber constitucional del Congreso
Incurriendo en flagrante infracción de los artículos 1, 2, 43, 45 y 56 de la Constitución del Perú, y quebrando el orden constitucional, la presidenta Dina Boluarte, el ministro de Relaciones Exteriores Elmer Schialer y el funcionario designado, han aprobado el 20 de mayo del 2025 la adhesión del Perú al Tratado de Pandemias, en contra de lo dispuesto por el artículo 56 de la Constitución:
“Artículo 56.- Los tratados deben ser aprobados por el Senado, con el voto de la mitad más uno del número legal de sus miembros, antes de su ratificación por el presidente de la República, siempre que versen sobre las siguientes materias:
Derechos Humanos.
Soberanía, dominio o integridad del Estado.
Defensa Nacional.
Obligaciones financieras del Estado.
También deben ser aprobados con la misma votación los tratados que crean, modifican o suprimen tributos; los que exigen modificación o derogación de alguna ley y los que requieren medidas legislativas para su ejecución.”
El cuestionado Tratado de Pandemias, que se han negado a firmar 71 países con gobiernos comprometidos con sus naciones y no con los intereses de la industria farmacéutica ni con los intereses de dominación del pretendido gobierno mundial de la ONU, que promueve la élite globalista, es el instrumento inventado para hacer efectivo el Reglamento Sanitario Internacional aprobado el 29 de mayo del 2024, aprovechando la más absoluta desinformación de la población, y que con la apariencia de manual normativo para preservar la salud, es un instrumento de sujeción de las naciones a un régimen de dominación mundial, que obliga a los Estados a:
Someterse a las disposiciones “sanitarias” de la OMS, con incidencia política, económica y social, quebrando su soberanía nacional.
Comprometer el financiamiento del presupuesto público por montos y plazos indeterminados de vacunas y equipos sanitarios que disponga la OMS.
Entregar la integridad, salud y vida de sus pueblos a los designios de la OMS.
Vulnerar los derechos humanos más sagrados, como la vida, la salud, la integridad, la libertad y la propiedad privada de sus ciudadanos, bajo supuestas facultades gubernamentales para obligarlos a vacunarse, a encarcelar a los opositores y expropiarles su patrimonio.
Establecer mecanismos gubernamentales de sujeción estructural al Gobierno Mundial de la ONU.
Lo encubren con falsos mensajes de unidad por la salud mundial y previsión para próximas pandemias con criterios de igualdad.
Invocamos a los congresistas que juraron de verdad por Dios y por la Patria, a avocarse urgentemente al conocimiento de este Tratado de Pandemias y del Reglamento Sanitario Internacional, y desaprobar sus firmas, en estricto cumplimiento del artículo 56 de la Constitución, en defensa de la soberanía, libertad e integridad de nuestra nación.
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