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Del sopor a la sorpresa

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Fecha Publicación: 30/01/2020 - 21:30
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Después de la cuestionable disolución del Congreso, además de dudosa constitucionalidad, entramos en la campaña para elegir a los congresistas que culminarían el periodo de los cesados, campaña corta por cierto, con más de 20 partidos políticos en competencia y con inusitado sopor de los electores que tuvimos que aguantar debates sosos, aburridos, populistas, intrascendentes y demostrando los contendores desconocimiento de la realidad nacional, de las soluciones posibles y hasta de las funciones del Parlamento, pareciendo más candidatos a alcaldías de poblados menores que al Congreso. Por supuesto que hubo excepciones, aunque lamentablemente pocas.

Del sopor o modorra de la campaña, hemos pasado a la sorpresa al ver los resultados que iban apareciendo. La primera sorpresa fue que los partidos que se consideraban los más antiguos y tradicionales, salieron muy mal parados y por el contrario alcanzaron presencia congresal algunos menos antiguos y otros bastante nuevos. Excepción del desastre fue Acción Popular y ello quizás porque no fue agrupada dentro de los que habían sido relacionados con corrupción o receptores de obscuros aportes económicos, con razón o sin ella y, pese a que AP tendría más facciones que parlamentarios electos.

El ausentismo fue importante al igual que los votos viciados y en blanco, sin que ello impidiera la legitimidad del proceso, pero que corroboraba el sinsabor del elector que no quería nada de lo conocido y controvertido, y prefirió colocar su voto emotivo y no razonado en las listas que demostraban su estado de ánimo, es decir me importa poco este sufragio y, en partidos presididos por vocingleros, como es el caso del de Antauro Humala, que sin poder ser candidato por impedirlo la Ley, permitió al ex partido de Javier Pérez de Cuéllar llegar al Congreso debido a la astucia de su cacique José Vega Antonio, que postergando a algunos, le dio cabida. Don Javier no podría creer en lo que terminaría su agrupación.

Igual como hubo ganadores, hubo perdedores, como es el caso del PAP, PPC, FP, Contigo (ex PPK), y Solidaridad, entre otros, y no porque no hubieren tenido algunas personalidades selectas y que alcanzaron buena votación, pues como diríamos hubo buenos jinetes pero malos caballos. Simplificando las cosas, el elector había dejado de querer temporalmente a esos partidos y extendió partida de defunción a diversas agrupaciones sin mayor significación.

Los resultados demuestran que APP, Somos Perú y Frepap se han consolidado, pero por diversas razones, mientras que Podemos, nueva agrupación, ya tiene su espacio gracias a que José Luna Gálvez, sagazmente, puso como locomotora de su lista al general Daniel Urresti quien “jaló” varios vagones. Comentario aparte merece el Morado, que el toque y fuga le impidió mejor presencia.

Hay un claro mensaje desde el sur del país, que el Gobierno debe atender, cual es el reclamo por la falta de obras y oportunidades, lo que puede generar el 2021, mayores complicaciones y el crecimiento del sector irresponsable de la izquierda.

Ojalá no extrañemos al Congreso despedido, pero creo que teniendo nuevo Parlamento con poca gente experimentada, mejor es que hagan lo menos posible, antes que el desaguisado sea incorregible.