Democracia de protesta
Como ciudadanos, a veces ponemos reparo en la democracia, sobretodo cuando nuestros gobernantes se sienten desconectados de la realidad, inclusive llegamos a pensar que no tiene sentido votar por personas que no nos van a representar y que van a anteponer sus intereses personales o partidarios a los intereses generales o nacionales; ante esta situación, surgen colectivos o grupos de personas que podrían redefinir la democracia al poner a la protesta como eje central, hasta podríamos llamarla “democracia de protesta”. Hemos aprendido que la democracia es una competencia electoral regular y multipartidista, pero ¿tan solo eso es democracia? Considero que la democracia va más allá de una simple competencia en las urnas, pensar en la democracia como un proceso electoral es una amenaza contra la democracia misma.
Miremos un poco la realidad, la gente común está tomando -cada vez más- las calles buscando transformar sus vidas, atrás quedaron aquellas formas de tomar el poder por las armas o por la violencia; la participación de los jóvenes es esperanzadora, debemos preocuparnos porque las manifestaciones o protestas estén libres de cualquier acto vandálico, vemos cómo los jóvenes marchan por el respeto de los derechos de las minorías, esperamos que hagan lo mismo para evitar que los gobernantes sigan siendo protagonistas de actos de corrupción o para celebrar que quienes lo hicieron hoy están rindiendo cuentas a la justicia; propiciemos que la protesta tenga como fin el bienestar general de la población o de la comunidad, que la protesta sea un termómetro del sentir popular.
Vivimos en un país que, a pesar de todos sus problemas, viene creciendo económicamente, la construcción sigue en auge, seguimos siendo destino de inversiones extranjeras; como reverso de esta situación, tenemos un sentimiento de insatisfacción generalizado, muy poco de esa gran riqueza “gotea” para los menos favorecidos, la informalidad laboral no ha podido ser superada, casi toda la población percibe que la desigualdad todavía existe y que quizá se vaya incrementando, si a esto le sumamos la desconexión de los gobernantes con el pueblo, más aún con los jóvenes, la situación se complica. El aumento masivo de la desigualdad, la disminución de la tasa de empleo, la captura de los partidos políticos por parte de élites u oportunistas, los factores externos relacionados con la economía global pueden alterar nuestras vidas para peor; los líderes políticos parecen inermes ante esta situación y optan por culpar a los más débiles en vez de culpar a los poderosos, debiendo tomarse el tiempo de escuchar a todas las manifestaciones del sentir popular.
¿Qué podríamos rescatar de la democracia de protesta? Primero, la democracia debe comenzar con la gente común, ver a la democracia solo como un proceso electoral nos ha llevado a la desilusión generalizada; debemos procurar que todas las personas -sin distinción alguna- participen de la vida democrática, las protestas son una forma de hacerlo, cualquiera puede participar y no están limitadas a ciclos electorales rígidos. Segundo, las protestan son complicadas y eso las hace poderosas, implican contienda y controversia, a menudo sin un mensaje claro, poco organizadas; esto hace que las protestas sean descartadas como disturbios y hacen suponer que no tienen una utilidad política; por otro lado, son difíciles de suprimir, el gobierno no considera a las protestas como un elemento de la democracia y procura aplastarlas o desacreditar su mensaje. Tercero, la protesta representa el espacio desde el cual pueden surgir nuevas ideas políticas, la protesta implica innovación, son una nueva forma de reescribir las reglas de juego que son consideradas adversas; la protesta constituye el ambiente ideal para el surgimiento de nuevas posibilidades, mientras tanto los jóvenes van descubriendo su propio poder.
Todos y cada uno de nosotros debemos trabajar para redefinir la democracia como algo más que simples elecciones y partidos políticos. La democracia implica un proceso creativo, indudablemente la protesta siempre será el vehículo para expandir las ideas más allá de lo que se considera posible.