Descanse en paz, don Jorge
Cuando era niño aprendí a respetar a los verdaderos hombres de izquierda, leía las épicas de Mariátegui, Luis de la Puente Uceda y “Frejolito”. Eran otros tiempos en los que, si bien el paradigma era soviético o chino, sus luchas eran realmente reivindicativas. Por eso, cuando lo conocí y le pregunté cuál era el problema de esta izquierda, no me extrañó su respuesta: “No es autocrítica, por eso no tiene jóvenes, por eso sigue al frente Gotardo (Alberto Moreno) y Breña”.
“Esa no es toda la izquierda”, le dije. “El resto no es izquierda”, me respondió con ese tono propio de quien aún imponía su liderazgo sobre varias de sus atomizadas facciones. Jorge Hurtado Pozo, alias “camarada Ludovico” fue uno de los fundadores de Patria Roja y secretario general de UNIR. Lo conocí el 2013 y desde entonces me unió a él una profunda amistad. Don Jorge fue el mejor maestro de historia política que tuve, cada reunión con él era para apuntar nombres y secuencias de los encuentros y desencuentros en los que participó desde su juventud. Don Jorge era piurano, llegó a Lima a estudiar medicina en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, a donde llegó también su hermano, el penalista José Hurtado Pozo; fue su hermano quien lo introdujo en las reuniones de la izquierda, pero fue él quien se convirtió en uno de sus más puntuales militantes, luego dirigente, candidato al parlamento y senador de la república hasta que Fujimori dio el autogolpe el 92.
Estaba enfermo desde hace varios años, el corazón, decían los médicos, yo siempre pensaré que fue el spleen; la tristeza que asalta el cuerpo de los combatientes, el dolor que consume la energía de aquellos que aprendieron a dar la vida por los otros olvidándose de sí mismos, de la mujer, de los hijos, de la familia, porque un hombre cuando siente que tiene una misión, olvida su historia individual y apuesta por la historia colectiva y se interna en el bosque, en esa montaña donde la traición está a la orden del día y la ingratitud es acaso la última llamada de atención para reaccionar y volver hacia sí mismo, sin embargo el tiempo es implacable y cuando reaccionas ya no queda cuerpo, ya no hay defensas ni energía, solo aquella puerta que se abre para que la cruces solo. Jorge Hurtado Pozo, el camarada Ludovico, líder del Bloque Popular, fundador de Derrama Magisterial, presidente colegiado de IU, falleció el pasado lunes 5, a las 3:15 de la tarde. Peleó, murió con dignidad. “Un líder es como un pájaro: un ala es el pueblo, la otra es su mensaje, si tiene ambas alas fuertes, su vuelo alcanzará el poder”, es la máxima que me queda como su más acertada lección. Descanse en paz, Don Jorge. Yo pensé que había secado mis lágrimas, sirvan ahora como un símbolo de gratitud, como mi abrazo.