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Descansen en paz, Poetas

Fecha Publicación: 08/02/2025 - 20:00
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La noche ha caído sobre la poesía peruana. En veinte días nos deja una estela de muerte que conmueve y perturba. La vida, esa gran certeza, aquel milagro que nos sostiene sobre la adversidad de enfermedades, accidentes o pandemias, tiene en la muerte ese puñal que la amenaza. Se nace y se muere, el resto es anécdota, decía el Poeta. Durante los últimos veinte días hemos perdido cinco de los nuestros: Nicolás Yerovi, el poeta de CIRLE, falleció el 19 de enero, compañero de generación de Luis La Hoz y Ricardo González Vigil; Teresa Orbegoso, la peruana Tere, autora de “Mestiza”, luchó valerosamente contra el cáncer que nos la arrebató el 24 de enero; Luis Alberto Castillo, poeta de La Sagrada Familia, piurano, autor de “Melibea negada por las palomas de la Plaza San Francisco”, falleció el 29 de enero; Raúl Mendoza Cánepa, abogado y escritor, autor de la novela “La tentación infinita” y de los poemarios “La invención del reino” y “Retratos de mi padre”; falleció el 3 de febrero; y Carlos Zúñiga Segura, el poeta y promotor cultural, fundador y director de la legendaria revista “La manzana mordida”, autor de “Inauguración de la ausencia” y “Memorias de Santiago Azapara Gala, gran señor de Tayacaja”, partió a reunirse con los Apus el jueves 6 de febrero. Cinco escritores peruanos fallecidos lamentablemente en el Perú, en un país donde las autoridades del ministerio de cultura no tuvieron la gallardía de estar a la altura del más simbólico de los respetos, cinco escritores para quienes continuaron cerradas las puertas de la institución que debió despedirlos con la gratitud de quien saluda a quienes se desvivieron por sostener el fuego de la educación. “La ignorancia es atrevida”, reza el viejo dicho, sin embargo con los directores de sus oficinas no se trata de ignorancia, es tal su mediocridad y ensañamiento, que saben quiénes son los que partieron. Saben la valía de Yerovi, de su obra y de su humor político, saben del legado de Castillo y conocen el admirable trabajo, de más de cincuenta años, de editor y promotor cultural de Zúñiga Segura. Conocen la labor de investigación social de Orbegoso y las propuestas del analista político, jurista y escritor Mendoza Cánepa, desde hace once años columnista de este diario. Los funcionarios del MINCUL saben quiénes son los que partieron. Y así como no realizarán, en la fecha anunciada, la entrega del Premio Nacional de Literatura, continúan silentes frente a lo que debería ser el podio donde demuestren su dolor por estos intelectuales que escriben las páginas mas tristes de este 2025. Para sus familiares, colegas y amigos, nuestra más profunda solidaridad y el compromiso de continuar leyéndolos, de seguir fortaleciendo la memoria regresando a sus obras, al pálpito inmortal de sus palabras. Descansen en paz, Poetas. Gracias por quedarse entre nosotros.

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