Desconfianza total
Es comprensible que haya parlamentarios propensos a darle la confianza a este repudiado gabinete. Emprendieron una carrera política, siempre difícil, principalmente en obtener el voto ciudadano. También influye que Vizcarra, en su afán de destruir el sistema político, prohibiera la reelección.
Pero resulta inaceptable que el voto de investidura al Premier Bellido y a sus cuestionados ministros, 12 hasta el momento, se base en intereses partidarios, en sumas y restas para tener el manejo de su organización política. Debieron despertar antes y no negociar el futuro del país.
Otro sufragio interesado es el que está al vaivén de lo que ocurra con las empresas de los líderes partidarios. Totalmente irresponsable. Obliga a repensar esa situación porque las empresas seguirán y los regímenes mañosos presionarán. Ese diseño comenzó con PPK y su compra de conciencias parlamentarias, y Vizcarra lo perfeccionó hasta llegar al golpe de Estado.
Este gobierno actúa igual. Se prende como chicle de los gobiernos regionales y locales. En el Congreso, Bellido insistió en aquello de oprimidos y opresores, provincianos discriminados y élite dominante. Nunca aludió a la inmensa corrupción e ineptitud de los gobiernos regionales, donde ya es un clásico birlarse la plata destinada a los hospitales. Basta con mirar Junín, comandado por Perú Libre. Hay grandes cacos.
Bellido, en el mejor estilo senderista, jugó a engañar al país. Su discurso estuvo plagado de promesas irreales, velasquistas, tontas. Para su concreción se necesitarían ‘los millones de Chaflán’. Gobernar no es regalar dinero, sino generar riqueza para todos.
No mencionó, ni en quechua ni en español, la antidemocrática Asamblea Constituyente de los pueblos. Menos dijo cuál será la real relación diplomática con Venezuela. Ya nos vamos enterando de que la política exterior de Castillo “está inspirada en las entrañas del Perú profundo”, según el Canciller.
La total desconfianza hacia este gobierno se basa en la vinculación de ministros –además del Premier y de Castillo– con el terrorismo. Con el cuentito de la gobernabilidad nos están imponiendo una apertura para con Sendero Luminoso que destruirá nuestra democracia y nuestra economía. Amén del ministro del Ambiente, denunciado por violencia familiar. Aló, “Ni una menos”.
Respaldar a este régimen es cavar nuestra propia tumba como país. Ni Perú Libre ni Castillo mueven gente, sus manifestaciones son ralas. Es un gobierno de papel, con divisiones propias de un frente de extrema izquierda. La primera escaramuza que enfrentaremos será el pedido de facultades extraordinarias en materia tributaria, salud y probablemente en educación, eliminando la carrera magisterial y empoderando al SUTEP senderista.
La gran batalla será impedir la cacareada Constituyente, el dique para que el Perú no se hunda más. Si las bancadas dizque democráticas, pero complacientes con el régimen del filosenderista Castillo, no reaccionan, la destrucción del país está garantizada. Pruebas sobran. Prohibido callar más. Ojo con Vizcarra y su control judicial.
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