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Despertemos

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Fecha Publicación: 27/05/2021 - 23:59
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En las décadas de los 80 y 90 del pasado siglo, sufrimos las consecuencias nefastas del terrorismo homicida y destructivo, que a través de la violencia quería tomar a nuestro país. Las generaciones nacidas a partir de los ochenta, no sufrieron en carne propia el terrorismo o no fueron conscientes de su significado, y ahora tenemos que lamentar que no les hayamos mostrado su verdadera cara criminal ni lo que perpetraron contra el Perú. Por lo general los llamados “millennials”, salvo honrosas excepciones, tampoco fueron advertidos.
Cuando el terrorismo fue relativamente vencido en los años 90, al haberse conjugado la decisión política con el accionar de nuestras Fuerzas Armadas y Policiales, los actores del terror variaron su estrategia y no ocultaron sus intenciones. La variación consistió en cambiar la violencia y las armas, por las urnas, utilizando los mecanismos y herramientas de la Democracia para petardearla desde dentro.
En las dos últimas décadas, con generosa ingenuidad, abrimos nuestras fronteras para recibir a ciudadanos de Cuba y de Venezuela, algunos de los cuales (no todos por cierto) se aprovecharon de la bonhomía de los peruanos, para sembrar ideas trasnochadas, del comunismo marxista leninista y maoísta. Los hermanos Castro desde Cuba y el triunvirato Hugo Chávez-Nicolás Maduro-Diosdado Cabello desde Venezuela, fueron los artífices de la migración no deseada hacia el Perú.
Fuimos tan candelejones que incluso no vimos que las Casas del Alba (Alternativa Bolivariana para las Américas) con disfraz de ayuda y compromiso social, y con el ropaje de benefactores y agentes de salubridad, se mezclaron con los pobladores de nuestras comunidades, para sembrar las ideas conspirativas que ahora percibimos con mayor lucidez.
Lo antes señalado fue diseñado para instaurar el comunismo en nuestra América Latina y otros países como por ejemplo en Chile y en Colombia, donde incitaron a protestas, algunas legítimas, pero infiltradas por elementos que propiciaron asonadas, descontrol y perturbación social, tal como lo registra nuestra historia.
Nuestros países democráticos no percibieron a tiempo que el Movimiento de los Pueblos Unidos por Nuestra América (MP-UNA) propiciaron la “Cumbre Social de los Pueblos”, y en el Perú no advertimos en su verdadera dimensión a movimientos como Patria Roja, PCP, MIR-Venceremos, Movimiento Dignidad Nacional, Movimiento Pueblo Unido, Movimiento Nueva Amazonía, Movimiento Popular Campesino y Estudiantil, los Frentes de Defensa esparcidos por todo el territorio nacional.
También está la Coordinadora Política y Social, así como la agrupación Todas las Voces, Patria Joven, Movimiento de Liberación 19 de Julio, Proseguir, Movadef y el Movimiento Regional Perú Libre, luego convertido en partido de ámbito nacional y partícipe del proceso eleccionario del presente año.
Varias personas vinculadas a esas organizaciones han alcanzado cargos electivos y recién la ciudadanía se entera de sus relaciones con sujetos que han participado en actos terroristas o vinculados a ellos.
Como vemos, si a decir las cosas como son, se le llama “terruqueo”, no se equivocan, porque por estar ligados al terrorismo, en una u otra forma, tienen merecido el calificativo mencionado.
Los que no se habían dado cuenta deberían ya despertar.

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