ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Destructiva mediocridad

Imagen
Fecha Publicación: 05/09/2020 - 21:30
Escucha esta nota

Para 2026 “estaríamos recuperando las cifras pre-Covid de turismo receptivo”, dijo Rocío Barrios Alvarado, ministra de Comercio Exterior y Turismo, como quien da una extraordinaria noticia, como si fuésemos a dar un salto cuántico del 2020 al 2026. Y siguió: “En los últimos años teníamos cifras de llegada de turismo de cuatro millones trescientos mil. En este momento estamos llegando al medio millón”. Es decir, la señora ministra anunció el colapso de la llamada industria sin chimeneas como algo estupendo.

En los seis años que faltan para llegar al 2026, cuando “estaríamos” (en condicional, obviamente) recuperando las visitas extranjeras pre-Covid, ya se habrá generado una situación angustiante. Empobrecerán millones de personas dependientes, directa e indirectamente, del turismo: empresarios hoteleros, personal de limpieza, cocineros, guías (formales e informales), transportistas, pilotos de aviación, tripulantes, artesanos que sobreviven vendiendo sus hechuras a los turistas que solo Dios sabe cuándo se animarán a visitar este país nuestro, medalla de oro en muertes por Covid-19 gracias a la ya insufrible mediocridad del no electo Vizcarra. “No hay crisis grandes, sino presidentes pequeños”, dijo el actor español Jordi Sánchez, en su papel de Antonio Recio en la serie “La que se avecina”. Y vaya que Vizcarra resultó diminuto.

No existe un plan de contingencia para los crecientes niveles de desempleo que solo beneficiará a los cárteles del narcotráfico pues encontrarán entre la desesperación de esa enorme fuerza laboral inactiva a quienes opten por ayudarles en sus ilícitas actividades, lo mismo que a los contrabandistas de oro ilegal y de fauna y flora silvestres. Sin duda veremos, además, un incremento en la trata de personas y en la prostitución de menores. Esa es la “nueva normalidad” que gesta el mediocre y cubanófilo vizcarrismo.

La palabra mediocridad proviene del latín “mediocritas”, literalmente significa “a mitad de camino por la montaña”, que es justamente donde dejará al Perú el ingeniero Vizcarra: en medio de una pendiente con gran posibilidad de que resbalemos y con la fundada incertidumbre de si tendremos las fuerzas y los medios para conquistar la cima. El riesgo que corre una sociedad presidida por mediocres es que estos pueden destruir irreparablemente los hitos de crecimiento económico, desarrollo social e integración conseguidas a través de largas décadas, gracias al sacrificio y esfuerzo de la población y las capacidades, conocimientos y talento de anteriores presidentes.

Hoy los mediocres encumbrados exhiben su incompetencia con arrogancia y han resultado los mejores aliados del virus chino, cosa que poco le interesa al de Palacio pues como decía Oscar Wilde: “Para ser popular hay que ser mediocre”, y el mediocre palaciego solo quiere popularidad.