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Detrás del caos programado

Fecha Publicación: 23/10/2019 - 21:30
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Como no se puede tapar el sol con un dedo, se ha identificado a los anarquistas que vinculados al gobierno de Maduro han provocado desmanes, destrucción y caos en Chile, nueva forma de terrorismo internacional que usa a migrantes extranjeros enviados con gente nacional de izquierdas extremistas para sembrar el terror y permitir la culminación de la ejecución del plan de dominación del imperio globalista.

Daniel Estulin en su libro “La Verdad sobre el Club Bilderberg” anuncia en el 2005 el cumplimiento inexorable de este plan de dominación mundial, que concibe la generación de caos programado y conflicto social en gran escala a fin de facilitar la imposición del Gobierno Mundial masónico y anticristiano, que recurre principalmente a las izquierdas para lograr su propósito, entendemos, en razón del ateísmo de la mayor parte de sus miembros. Todo lo anunciado por Estulin en este amplio informe de inteligencia se ha venido cumpliendo sorprendentemente.

Echarle la culpa a Maduro es una ingenuidad, pues es obvio que las izquierdas radicales no tienen la capacidad organizativa ni económica para hacer lo que vienen haciendo a nuestras naciones de América, y Maduro tampoco; por lo que es obvio que las brisitas, ventiscas y tormentas bolivarianas están siendo financiadas por la elite del imperio globalista, cuyo vocero George Soros dijo hace pocos meses que estaba preocupado por la demora que estaba ocasionando la protesta social de los grupos evangélicos en América; por lo cual habrían tenido que acelerar la generación del caos programado para suspender garantías bajo estado de sitio y silenciar a la fuerza a los opositores, haciendo viable la imposición de gobiernos comunistas con fraude inapelable.

Nunca pensamos que en el Perú caeríamos en las manos de un presidente que se ha hecho servil a este imperio, por estar más interesado en la impunidad de sus casos de corrupción y que fuera capaz de falsificar un proceso anticorrupción para perseguir opositores políticos, encubrir a sus socios, y montar una dictadura mucho peor que la fujimontesinista que considerábamos la peor etapa de nuestra historia.

Frente al pronunciamiento del Tribunal Constitucional, Vizcarra prepara otro caos programado con la ayuda de las izquierdas radicales serviles al imperio globalista, el siniestro plan se viene cumpliendo, y sólo una población decidida, organizada y moralmente fuerte puede impedir la perpetración de la imposición de un gobierno extranjero sobre la soberana nación del Perú.