Dina en Davos
La participación de la vicepresidente y ministra Dina Ercilia Boluarte en el Foro Económico Mundial, en Davos, fue desde todo punto de vista miserable. Lanzó una inoportuna diatriba contra la minería y mostró su profundo desconocimiento sobre estrategias para erradicar la pobreza. Atacó a lo que ella define como ‘derecha’, es decir a la mayoría de peruanos detractores del castro-chavismo que está instalando el régimen que representa, y al narco-terrorismo que aletea sobre el (des)gobierno de pirañas, acusados de homicidio y demás prontuariados del que forma parte.
Boluarte y su banda buscan desintegrar a nuestro país y re-fundarlo, teniendo como guía la roja ideología del fracaso. Su disertación en Davos fue premeditadamente perversa, promotora del odio de clases y mediocre, con un marco elemental de víctimas y villanos. ¿El villano mayor? La gran minería, por contaminar -toda ella- ríos, lagunas y pastizales. Luego de la cachetada invitó “(a invertir en) el litio, donde podemos generar una industria para fabricar carros con litio para no comprar gasolina, que tanto contamina nuestro medio ambiente”. ¡Señor dame paciencia¡ Habrá querido decir baterías, porque son de litio las requeridas por los teléfonos móviles, las celdas solares y los vehículos eléctricos, de todo tipo. Pero parece que Boluarte ignora que el Perú no se encuentra en el ‘triángulo del litio’ (Argentina, Bolivia y Chile), que alberga el 85% de las reservas.
Entre otras cosas salidas de su boca tenemos: “La pandemia no solamente ha golpeado al Perú, creo que a Latinoamérica y al mundo entero”. Y lo dijo ante los dignatarios y empresarios allí reunidos que no “creen” sino más bien saben, como cualquier ser pensante, que la pandemia efectivamente ha golpeado al mundo entero. ¿No le comentaron a Boluarte que entre los temas a abordarse en Davos 2022 figuraba la persistente amenaza del COVID-19?
Continuando con su despliegue de escasa inteligencia dijo “apenas empezamos a gobernar hace nueve mesecitos, tenemos recién, todavía estamos pronto a caminar, estamos ahí como los bebés”. Cierto, están como bebés embarrando los pañales a más no poder y mamando la teta del Estado como quien quiere marchitarla.
La calidad de un discurso político o económico muestra la cultura y magnanimidad de su protagonista, su interés en el quehacer intelectual, su capacidad de concatenar ideas y lograr una reflexión crítica de la realidad y la geopolítica. Pero no le pidamos mandarinas a esa escoba.
Mientras tanto en Macondo, Perú, las gallinas ponen menos huevos por falta de maíz, escasea el forraje para las vacas y por tanto poquita es la leche, faltan fertilizantes y así. El Perú y el mundo enfrentarán una hambruna de magnitud. Quince millones de compatriotas están en riesgo, hay una guerra, la viruela del mono se acerca y la Dina hablando huevadas en Davos. Esto está en alguna parte del Apocalipsis y ella debe ser la peor de los personajes.
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