Diversidad que se hace humo por cambio climático
El despertar al 2020 no ha cambiado los diversos problemas y preocupaciones que aquejan a nuestro entorno. Los incendios producidos en Australia son solo una muestra de cómo el cambio climático sigue avanzando y ensañándose con los bosques y su diversidad. Además, de la pérdida irremediable de grandes extensiones de tierras que alojan a diferentes elementos de flora y fauna se contamina el aire, el agua y se extinguen cientos de especies.
Un informe de la Universidad de Los Andes (Colombia) realizado luego de analizar bosques incendiados recoge lastimosas anotaciones, “cada árbol tiene contacto con aves, insectos, mamíferos, microorganismos, suelo y agua; así como centenares de especies que interactúan con él. Cientos de especies de aves lo visitan a diario para alimentarse de sus frutos y esparcir sus semillas en otras áreas”. Toda esta armoniosa convivencia desaparece en un incendio.
Demos una mirada a la Amazonia de Brasil, que según cifras históricas registradas los incendios y la deforestación seguirían creciendo. A ello se suman los planes de abrir las áreas protegidas (como parques y reservas naturales) a la explotación económica.
Si el tema lo conducimos hacia la salud, un informe de Greenpeace afirma que las emisiones de gases de efecto invernadero producidas por los incendios forestales generan el doble del CO2 realizado por los combustibles fósiles de la Unión Europea.
El informe Lost in smoke: wildland fire climate impact. Case studies of Brazil, Indonesia and Rusia, de Greenpeace International, coloca en el tapete la falta de estudios sobre las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) derivadas de los incendios forestales y su contribución al cambio climático.
Otro país latinoamericano que sufre con las quemas o chaqueo es Bolivia. A ello se une la deforestación producto de ganar más terrenos para sembrar soya, su modelo de agronegocio, la extensión de cultivos de coca, la ganadería, los biocombustibles y los asentamientos ilegales.
Los incendios traen desventajas para la economía del país afectado y sus vecinos. La contaminación producto de un incendio provoca serios daños en el aire, el agua y suelos; así como la extinción de especies.
En el Perú se debe ir pensando en cómo prevenir y evaluar estas pérdidas, pero aún más conocer cuánto cuestan las consecuencias que dejan los incendios.
Es hora de enfocar estos temas desde la política e impulsar a partir de este año la decada de una transformación social y económica hacia nuestros recursos naturales, una tarea que recae sobre todo en los jóvenes.
