Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.
¿Dónde estaban los jóvenes en las protestas de 2022?
Coincidamos Quijotes que, ahora sabemos por qué, en las protestas sociales de 2022, para la vacancia y la renuncia de Castillo, los jóvenes no estaban presentes. Es que un grupo estaba viendo series de Netflix, planificando qué hacer el fin de semana; mientras que otros estaban asistiendo a los conciertos chacaloneros, haciendo campamentos en las veredas del Estadio Nacional para asistir al concierto de Bad Bunny, para asistir a piscinadas domingueras animadas por los cumbiamberos en los locales al borde de la Panamericana Norte.
Estimados Quijotes, seamos claros en que los jóvenes, sobre todo limeños, estaban y están divididos en dos grandes facciones, aun cuando en las protestas sociales pacíficas manifestaron comportamientos inertes similares, pero, por distintas razones: unos por estar desentendidos de la política; y los que, apoyando a Castillo, simplemente miraban desde lejos lo que ocurría.
Los jóvenes de la clase media y alta, y los jóvenes de clase media baja y baja tienen elementos que comparten. Su cotidiano y socialización fundamentalmente se sostiene en la virtualidad, a través de las redes sociales, socializan menos, se distancian del cotidiano familiar, pero ambos grupos, sin pudor ni remordimiento, están dispuestos a gastar el dinero de sus padres. Efectivamente, la mayoría no pagan las cuentas para el sostenimiento de la casa, no pagan sus estudios, salud, energía eléctrica, alimentación, arbitrios municipales y, en muchos casos, ni su plan móvil.
En ambos casos los jóvenes no experimentaron los rigores de las crisis económicas en las que nos sumergieron los gobiernos de Belaunde y García; no vivieron las consecuencias de la Reforma Agraria de Velasco, ni la violencia del terrorismo implementado por Sendero Luminoso y del MRTA; es decir, no han experimentado todo aquello que sus padres sí; o sea, saber que el socialismo es un cáncer para la sociedad.
Señores, todos los jóvenes fueron formados sin valores cívicos, sin aprender qué es el Estado y cómo funciona. No tienen la mínima idea ni menos conocimiento de cómo funciona una sociedad y de la estructura normativa que la sostiene.Todos los centros de formación educativo de las periurbes, de las zonas rurales, nativas durante décadas han estado a cargo de profesores que fueron instalando el odio de clases en las mentes de nuestros jóvenes, romantizando el terrorismo transformándolo en protestas y causas justas, transformando el empuje natural de la juventud en exigencias parasitarias en las que el Estado los debe mantener.
En los colegios y universidades de los jóvenes acomodados tampoco se implementaron cursos de cívica o de formación ciudadana. No se previeron las consecuencias de engendrar una generación de jóvenes con odio hacia aquel que se esfuerza y progresa. Y, por el otro lado, se formaron jóvenes expertos en inacción, desentendidos de lo que ocurre en su país, desinteresados en las consecuencias de los avatares políticos que definirán su futuro. Hemos engendrado jóvenes odiadores y jóvenes desinteresados parasitarios.
Quijotes, tengamos en cuenta que, en el Perú, el voto joven representa, en promedio, el 30% del padrón electoral. Que, en Lima Metropolitana, en la Lima acomodada, en las elecciones generales de 2021 y las elecciones subnacionales de 2022, entre la primera y segunda vuelta, en promedio se abstuvieron de votar un 27% de jóvenes, lo que implica que, si hubiesen votado los más de 2’500,000 jóvenes en Lima Metropolitana y los jóvenes de otras grandes ciudades del Perú, lo más probable es que otros fuesen los actuales gobernantes.
Finalmente, ahora sabemos por qué los jóvenes de las peruirbes y de procedencia rural andino están en las protestas, mientras que los otros siguen viendo Netflix y planificando su fin de semana en el las playas del Sur.
Quijotes, está en el próximo gobernante forjar el futuro sustrato social, sobre la base de una niñez y juventud educada en valores morales, familiares y ciudadanos.