Dos mentes brillantes
En el Londres victoriano tras un encuentro casual comenzó a escribirse la historia de la fantástica revolución digital que vivimos. Sin el encuentro de esas dos inteligencias no tendríamos una computadora y menos el novedoso Chat GTP o la Inteligencia Artificial.
Corría el año de 1833 cuando Ada, de 17 años, conoció al matemático e inventor Charles Babbage de 42, quien de inmediato notó la genialidad de la joven a quien su madre había alentado desde muy temprana edad a centrar su atención, y luego sus estudios académicos, en las matemáticas. No quería que el hechizo de la poesía la poseyera y terminase siendo una tarambana como su padre, el gran poeta romántico George Gordon Byron (Lord Byron). La señora logró su cometido y su hija, bautizada Augusta Ada Byron, descolló con los números, aunque no pudo sacar de su alma la poesía. Ada se describió a sí misma como “científica poetisa y analista metafísica”.
En 1835, a dos años de una intensa relación científica con Babbage, Ada se casó con Lord William King y se convirtió en la condesa Lovelace, tuvo tres hijos, pero jamás dejó de su trabajo científico ni su relación con el inventor.
Fue ella quien se dio cuenta de la importancia de los aparatos propuestos por Babbage, especialmente por la llamada ‘Máquina Analítica’, en la que el inventor ponía todo su empeño. Lovelace comprendió que ese aparato de cómputo propuesto era una herramienta que trascendía la resolución de problemas matemáticos y serviría de apoyo a la sociedad en todos los ámbitos. “Yo soy solo un instrumento del poder creativo de la Máquina Analítica”, dijo, subrayando su convicción de la importancia de abocar la mente humana al desarrollo tecnológico.
En 1842, el italiano Luigi Federico Menabrea, ingeniero, general, estadista y doctor en matemáticas por la Universidad de Turín, publicó ‘Nociones sobre la máquina analítica de Charles Babbage’. Este texto inicialmente publicado en francés, meses después fue traducido al inglés por Lovelace, quien lo complementa la con un gran conjunto de anotaciones propias, a las que llamó simplemente ‘Notas’; éstas contienen lo que se considera el primer algoritmo de la historia para un computador, es decir el primer programa de computación, una codificación para ser procesada por una máquina.
Lovelace tuvo la visión de que la capacidad de las computadoras era infinitamente mayor que solo el cálculo de números, pero Babbage, se centró solo en la capacidad del cálculo. Ridiculizado por sus coetáneos, escribió: “Otra época debe juzgar mi trabajo”, y así fue.
En 1991 ingenieros del Museo de Ciencias de Londres construyeron –utilizando tan solo técnicas y materiales de la era victoriana– un aparato diseñado 170 años antes por Babbage que comprobó que lo suyo no eran delirios y por ello fue reconocido como padre de la computadora moderna. Babbage siempre afirmó que sus máquinas cambiarían el mundo.
Ada Lovelace fue quien escribió el primer algoritmo destinado para un aparato de cómputo, un algoritmo sin el cual no se hubiese desarrollado la computación.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.