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El Bicentenario

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Fecha Publicación: 27/06/2020 - 19:50
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Según el diccionario la palabra “robar” es utilizada para definir la acción de apoderarse de algo que le pertenece a otra persona y que por lo general, se recurre a la violencia física para intimidar al dueño del bien. Lo que ha sucedido en el “acuerdo” con las clínicas es un robo. Esos 55 mil soles que pretenden cobrar por el tratamiento a los enfermos de Covid-19 los pagarán con nuestros impuestos. Los empresarios de la salud han acudido a la violencia, a la intimidación: “pagas o mueres”, así de simple y grave. El Gobierno no es una víctima, el Gobierno está actuando como cómplice. La salud, como la educación, debería ser responsabilidad del Estado, romper con ese código deja las puertas abiertas al canibalismo y a la especulación. Cuando Martín Vizcarra amenazó con intervenirlas no lo hizo pensando en el bienestar de las mayorías, fue un truco populista, este gobierno ha demostrado ser incapaz en su gestión y cobarde con los poderes fácticos.

50 mil pacientes le entregarían a los sicarios de la salud dos mil setecientos millones de soles, con esa cifra un gobierno eficiente bien podría construir hospitales y pagarle mejor al personal médico. Estamos a casi un año de celebrar el bicentenario de nuestra independencia, una fecha simbólica que debería servirnos para reflexionar sobre la libertad o sobre la gran mentira de la república: una sucesión de tragedias, de hechos que bien podrían catapultarnos históricamente como un modelo para el fracaso. Héroes a quienes nuestra pasividad no los merece, artistas a quienes el relato oficial los recuerda como excusa para socializar pero que no ha sido capaz de entregarles un fondo para subsistir o un ministerio que les haga justicia.

Hoy es “el acuerdo” con las clínicas y la manipulación a través de un “estado de emergencia” que justifica la praxis totalitaria de una gestión que ha institucionalizado la incompetencia y que ha hecho de los pillos sujetos de derecho con quienes se puede transar, en otro país, en otra civilización, la ciudadanía estaría protestando y exigiendo la cabeza de los culpables. Aquí todos son agitadores al otro lado de una pantalla. Esto es lo que hay a casi un año de celebrarnos “libres por la voluntad general de los pueblos”. Nos están robando, esto está sucediendo, aún ahora, en este momento de tragedia.