El billar, el señor Castillo y la soberbia
Hace muchos años aprendí a generar hipótesis sobre los efectos de la toma de decisiones. Es como cuando se juega al billar; la persona antes de golpear con el “taco” la bola blanca, dándose vuelta por toda la mesa de billar, evalúa los efectos probables en el resto de las bolas por el golpe que hará.
Haciendo una analogía, en política sucede lo mismo; la mesa es el país, el gobernante es el jugador, la bola blanca es la decisión política, el “taco” es la herramienta para ejecutar la decisión política y el movimiento del resto de las bolas, luego que el jugador decide golpearlas, son los efectos de las decisiones. Así más o menos es como un gobernante evalúa los escenarios antes de tomar decisiones de gobierno.
Para tener este raciocinio no hay que ir a “Harvard”, solo basta un poco de sentido común y es aquí cuando me pregunto: ¿qué llevó realmente al presidente Castillo a decretar para Lima y Callao el estado de inmovilización social? ¿Fueron la falta de asesores o la carencia de sensatez?
Sea cual fuere la respuesta, lo importante es que una decisión de tamaña envergadura, lo que hizo fue enfurecer a la población limeña, generar el caos social, con lamentables muertes de personas y abrirse un nuevo frente ante las movilizaciones sociales que venían ocurriendo en Junín, otras regiones del país y últimamente en Ica.
Y es que evaluando políticamente al Presidente debemos tener en cuenta que él, siempre ha hecho su trabajo político desde la sindicalización, es decir siempre fue el generador de protestas y marchas, pero nunca realizó funciones de gestor público ni privado.
Por otro lado, el señor Castillo debe tener muy presente, que votaron por él en primera vuelta sólo el 19% de la población y que el resto del país, es decir el 81%, no votó por él y que el resultado de la segunda vuelta fue por el voto contra la candidata Fujimori.
Así, uno de los primeros yerros del señor Castillo fue “ufanarse la representación del pueblo” y aunque digan que eso “no importa”, pues yo les digo que “sí importa” porque ese mensaje es usurpador, cuando lo correcto hubiera sido que diga “sé que la mayoría del país no votó por mí, etc…”; es decir: debió iniciar su gobierno con humildad.
Soberbia, ineficiencia para gobernar y rasgos dictatoriales son un mal presagio.
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