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El compromiso social de la universidad

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Fecha Publicación: 12/09/2024 - 22:10
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Si bien es evidente que la razón de existencia de las universidades se justifica en la tarea primordial que le encomienda el Estado de formar profesionales, al tiempo de desarrollar investigaciones científicas en aras de contribuir al desarrollo pleno del colectivo humano al que se pertenece, no es menos cierto que, en la mayoría de las constituciones políticas de los países de la región latinoamericana, se tiene previsto el imperativo categórico para que, desde las universidades, también se implementen proyectos de interacción social, bajo el objetivo de contribuir al mejoramiento de la calidad de vida de la población, especialmente de los sectores más postergados.
Bajo esa premisa, realizando un balance objetivo del accionar del conjunto de universidades que integran el sistema peruano, se advierte una asignatura pendiente en este rubro, porque la mayoría de las instituciones de educación superior, sean estas públicas o privadas, tienen pendiente entregar resultados palpables sobre el accionar en el contexto regional y/o nacional.
Al respecto, cabe enfatizar que la Responsabilidad Social Universitaria (RSU) es un modelo que busca guiar a las universidades hacia la sostenibilidad, porque nos permite poder realizar en el ámbito universitario un trabajo en consonancia con la realidad social y los distintos colectivos sociales. Es así que todo proyecto inspirado en la RSU se ha de entender como la habilidad y efectividad de la universidad para responder a las necesidades de transformación de la sociedad donde está inmersa, mediante el ejercicio de sus funciones sustantivas: docencia, investigación, extensión y gestión interna.
Según especialistas en la materia, se trata de una nueva política de gestión universitaria que se va desarrollando en Latinoamérica para responder a los impactos organizacionales y académicos de la universidad. En ese sentido, es necesario hacer notar que debe comenzar por la formación sobre el tema a los estudiantes, enseñarles a estos a ayudar al medio ambiente, a la sociedad y a ellos mismos. También proporciona un sentido de identidad: quiénes somos como individuos y qué valores son más relevantes para nosotros.
En la tarea de implementación de estos proyectos solidarios, es importante que los estudiantes sean conscientes de su responsabilidad social, sepan que tienen un papel en el mundo, porque se trata de hacer una contribución activa a las comunidades y a la sociedad. Es necesario que la comunidad universitaria se plantee qué significa ser socialmente responsable y centrarse en identificar aquellas formas de cómo contribuir al bienestar de sus comunidades.
En definitiva, la obligación de las instituciones educativas superiores es proporcionar a sus formas en las que puedan contribuir a una sociedad que sea más próspera, socialmente hablando. NO HAY UNIVERSIDAD SIN COMPROMISO SOCIAL. Estamos hablando de una política institucional orientada a estrechar los vínculos entre la universidad y la sociedad peruana, entendiendo esta relación como de doble vía. Se trata de identificar los problemas de interés público, como medio ambiente, pobreza, desigualdad de ingresos, atención de salud, hambre, desnutrición, analfabetismo, entre otros temas, para emprender acciones que generen soluciones estructurales al problema.
La Ley 30220 de 2014 definía a la RSU como una gestión sobre los impactos que una universidad genera en los ámbitos académicos, de investigación, extensión y participación en la sociedad. Pero más allá de la previsión legal mencionada, es de suprema importancia que, por iniciativa propia y como política institucional, cada universidad empiece a promover proyectos tendientes a contribuir efectivamente al mejoramiento de la calidad de vida de la población, al tiempo de generar compromiso social en los futuros profesionales.
Es históricamente imperativo forjar la emergencia de nuevas generaciones con calidad humana, sensibilidad social, espíritu patriótico, puesto que la mera promoción de personas con grados y títulos es insuficiente para la construcción de una sociedad de iguales, con justicia social y democrática.

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