El Congreso, sus niños y una maraña de corrupción

El peruano de a pie no sigue las tropelías del Congreso. No le interesa. Está en otra. Y con razón porque conseguir un empleo es difícil y la pobreza se incrementa de manera dolorosa. El segundo gobierno de Alan García le dio un ‘knock out’ a la pobreza, pasó de 49 % al 21 %. Con Castillo se elevó al 27.5 %. Igual con la anemia infantil.

Desde la orilla del Congreso esta acuciante realidad importa un pito. Al Ejecutivo tampoco le concierne, aunque los parlamentarios, una buena mayoría, proceden de lugares donde la miseria es la vida cotidiana y son elegidos por ‘su’ pueblo. Pero hay cerca de 54 congresistas, llamados ‘Los Niños’ que están dedicados al negocio de la compra y venta de sus conciencias.

Cada decisión en el Parlamento obliga a negociar con estos ‘niños’. Su votación por el Defensor del Pueblo no es la misma que la del blindaje a ‘Los Niños’ y así con los diversos temas que se ven en el legislativo. El jueves pasado debió votarse la acusación constitucional contra la exfiscal de la Nación Zoraida Ávalos. Un nuevo juego de las sillas. Al parecer no había votos para acusarla. Hay que ir, como diría el vals, ‘de puerta en puerta’, y todo es tan inestable e inseguro que quien dijo sí, en 30 minutos puede decir no.

Es una situación insostenible. Ávalos ha ofrecido a varios congresistas archivar investigaciones fiscales en su contra si la salvan. Conoce el lenguaje de la mafia. Ha ‘loreado’ duro y parejo con ‘Los Niños’. Los cargos contra la fiscal son contundentes. Salvó a tres exmandatarios: Francisco Sagasti, Martín Vizcarra y Pedro Castillo. No los investigó amparándose de modo retorcido y equivocado en un artículo de la Constitución que señala que el presidente solo puede ser acusado cuando termine su mandato.

La Carta Magna no impide la investigación. Eso fue lo que hizo la actual Fiscal de la Nación con Pedro Castillo. Y vaya que ha avanzado. Ávalos, además fue el monigote del ‘Lagarto’, lo visitó en Palacio y nunca lo tocó ni con el pétalo de una indagación.

Si en 15 días Zoraida Ávalos logra el archivo de su acusación, será un golpe duro para la democracia, la justicia y el Estado de derecho. Ávalos continuará en la Junta de Fiscales Supremos hostigando a Patricia Benavides, aliándose con sus colegas Pablo Sánchez y Juan Carlos Villena, politizando nuevamente el manejo de la Fiscalía. Actualmente esa instancia es una olla de grillos. Detrás de toda esta tramoya está el ‘Lagarto’ Vizcarra. Súmele la ominosa y gansteril campaña a favor de Ávalos de la Junta Nacional de Justicia. Se juega mucho en esta acusación.

En el Congreso, guste o no, mandan los votos, aunque estos sean de gente que no debería ocupar una curul. ¿Un congresista que se alquila tiene conciencia moral? Lo que ocurre con esta crucial votación se repetirá con otras. Siempre será un trabajo de filigrana conseguir consensos a favor del país.

Quien sí logra acuerdos con ‘niños’ y ‘no niños’ es el Ejecutivo. Sabe dios qué habrá ofrecido para que Dina Boluarte ejerza la presidencia de manera virtual y así pueda salir del país por temas banales. Una barrabasada. No critique al Congreso, denuncie a ‘Los Niños’.

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