El coronavirus al servicio de Fiscalía y Odebrecht
El COVID-19 cayó como anillo al dedo para embrollar más el caso Lava Jato. Naturalmente, esta pandemia aterra a los peruanos y al mundo entero. Sin embargo, la última encuesta de Datum indica que el 40% considera que el malhadado acuerdo con Odebrecht “no está dando frutos” y el 75% rechaza que la empresa brasileña siga trabajando en el Perú. Esa fue una fina cortesía del gobierno de PPK.
Los ciudadanos también desconfían del desastroso manejo económico de este régimen autoritario. No hay Congreso, no hay control, menos equilibrio de poderes, aunque Vizcarra y sus adláteres no dan pie con bola y el crecimiento -pese a los tontos carteles favorables a la ministra de Economía- será de 2% o menos. Un desastre.
En tiempos de coronavirus, los ‘medios claqueta’ pueden colocar el titular: “Exgerente de Gasoducto confirmó pago de sobornos”. Así ‘levantan’ a los fiscales del llamado equipo especial ante una población mareada con lo que vivimos. No dicen que desde el 2016 el fiscal Reynaldo Abia abrió una investigación preliminar a Nadine Heredia y a Eleodoro Mayorga por cohecho pasivo. Hace un año el periodista ecuatoriano Andersson Boscán nos dio esa noticia. Pero ahora quieren pasarla como un logro fiscal.
Jorge Merino, exministro de Energía y Minas en la época de Humala, decidió no proteger más a Nadine Heredia y su manejo irregular en el Gasoducto; hoy es un colaborador eficaz. Pero hay muchas cosas que siguen oscuras bajo el paraguas del coronavirus.
El mafioso Jorge Barata no ha dicho: “Coimeamos a estos en el Gasoducto”. Con complicidad del fiscal Vela o sin ella lo mandó a la otra esquina, indicándole que Flavio Bento, un arquitecto de Odebrecht, es el que sabe todo. El Gran Bonetón. Solícitos fiscales irán en su búsqueda y lo interrogarán.
Las declaraciones de Barata, ninguna con el papel de la transferencia de dinero, se basan en aportes de campaña que no eran delito en la época. Pero por su dicho se encarceló a Keiko Fujimori, a Castañeda y a varios otros. Alan García eligió matarse para que no pisotearan su honra.
‘La verdad de la milanesa’ es que aún no vemos ninguna acusación fiscal contra Odebrecht por su demanda en el CIADI por el Gasoducto. El rumor intenso es que una empresa china lo comprará, Odebrecht recuperará su ‘bille’ y el mandatario se librará de las garras de la empresa brasileña. El acuerdo es un mal chiste.
Da la impresión de que se traicionó a Humala-Heredia, los ‘echaron’. Veremos qué hace el Poder Judicial: exculpa a Heredia o valida el pedido de prisión preventiva de la fiscal Mori. Si la libera, debería liberar a Keiko Fujimori. El exministro Merino ha ‘cantado’. No hay vacuna para esta megacorrupción protegida por la Fiscalía y por el Ejecutivo.