¡El crimen organizado colocho y veneco desplazan al perucho!
El crimen organizado venezolano y colombiano está desplazando a las bandas criminales peruanas. Lo sorprendente es que este enroque se logró con una velocidad inusitada, surgiendo diversos cuestionamientos básicos: ¿No han encontrado resistencia de parte de la PNP? ¿La PNP está capacitada? ¿La PNP, la Fiscalía y el Poder Judicial ya han sido penetrados? ¿En qué otras poblaciones del Perú ocurre lo mismo? ¿Nuestra legislación es benévola con estos? ¿Se la podrá revertir y expoliar? ¿Su exacerbada violencia criminal será adoptada por la nacional? Muchas incógnitas surgen, preocupantes, a las cuales, con el hígado en la mano, podremos responder acertando o acercándonos a la verdad; es más, le aseguro que si usted Quijote le pregunta a cualquier persona de su entorno, las respuestas que obtendrá serán similares a las suyas.
Efectivamente, el crimen organizado veneco y colocho desplazó ya al nacional en muchos espacios del submundo lumpen, dejándole aún sólo algunos reductos de criminalidad. Estoy refiriéndome al tráfico de tierras, a la minería ilegal, al transporte ilegal, al tráfico ilegal de madera, entre otros. Sin embargo, ya los venecos están haciendo sus pininos en el tráfico de tierras; muestra de ello es la invasión de terrenos en Naplo, distrito de Pucusana… ¿estará pasando ya en la minería ilegal o en el tráfico de madera ilegal?
Entonces, ¿nuestra legislación penal, nuestra legislación migratoria deben mantenerse inmutables? o ¿deben modificarse adecuándose a esta nueva realidad? ¿Será que continuaremos siendo rehenes de los tratados internacionales respecto de los Derechos Humanos o será mejor que el Perú denuncie a la Convención Americana de Derechos Humanos y al Comité Interamericano de Derechos Humanos? ¿Debemos preocuparnos por los derechos humanos de los criminales o por los de los de la ciudadanía?
Nayib Bukele, en El Salvador, instauró estado de excepción desde finales de marzo de 2022, situación que pervive permitiéndole imponer el orden y la paz social. Sin embargo, ya muchos defensores de los derechos humanos lo atacan, exclamando, llorando, cacareando, gritando a los cuatro vientos, que se respeten los derechos de las maras salvatruchas encarcelados, que se les libere de los crueles e inhumanos sufrimientos a los que se les está sometiendo; pero, este gentil educado líder de mano dura y voz firme no da marcha atrás.
En nuestro amado Perú, en cambio, en el gobierno de la presidenta Dina Boluarte, la Superintendencia de Migraciones y la Organización para las Migraciones en el Perú suscribieron un convenio que permite, a los muchos buenos extranjeros, regularizar su situación de refugiados políticos y migrantes en general, pero también de los avezados delincuentes… ¡Gracias por eso Sra. presidenta de palpitante corazón ROJO!
Quijotes, si muchos peruanos, ya sea a favor o en contra del gobierno, salimos a las calles para protestar, por qué con ese mismo ahínco no salimos a exigir se imponga ‘manu militari’ para encarcelar y expulsar a los avezados delincuentes que nos envió nuestro nefasto amigo Maduro.
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