El efecto Antauro
Antauro Humala recuperó su libertad tras más de diecisiete años en prisión. Fue condenado por el Andahuaylazo, un intento de golpe contra el gobierno de Alejandro Toledo: fueron asesinados cuatro policías de los 75 que defendían la comisaría y dos insurgentes, de los 160 que apoyaban al etnocacerista.
Lo primero que dijo a la prensa es sentirse orgulloso por lo de Andahuaylas, que la derecha ha fracasado durante doscientos años y que estábamos viviendo la crisis de la república criolla, “por lo que debe refundarse”. Previamente la desorientada caviar-pepecista y visitadora asidua del Ojo que Llora, Marisol Pérez Tello, dijo que debe combatirse a Antauro política e ideológicamente. Algo así pensaron los cándidos reyes de Francia, Luis XVI y María Antonieta a los que guillotinaron. Pérez Tello no entiende de qué van las refundaciones: destruir, sembrar el terror y regar todo con ríos de sangre. Esto da vueltas en la inteligente cabeza del carismático Antauro, en medio de dos pandemias (covid y viruela del mono), una potencial hambruna y una economía estancada.
Anunció que volverá a Andahuaylas, Apurímac, para agradecer a quienes lo apoyaron. Vale recordar que el terrorismo islámico de exportación ha enraizado en Apurímac, donde Edwar Quiroga Vargas dirige la institución Inkarri-Islam. Quiroga es un etnocacerista recalcitrante; el 29 de julio fue detenido con una carga de 19 mil cartuchos de dinamita, pero fue liberado por la Fiscalía porque el peritaje de Sucamec no llegó a tiempo. ¿La refundación de la república etnocacerista nacerá con el apoyo de Quiroga y los cientos de muchachos becados por Irán, donde evidentemente son adoctrinados y entrenados en el uso de armamento?
Antauro siempre dijo que durante la sangrienta asonada de sucesos de Andahuaylas, no disparó ninguna bala, que su hermano Ollanta estaba al tanto y apoyó la revuelta.
De hecho, el expresidente Alejandro Toledo le dijo a Milagros Leiva, en entrevista de 2011 en “El Comercio”, que: “El ministro de Defensa y yo decidimos trasladarlo de París a Seúl porque se tenía información de que (Ollanta) Humala hacía trabajo político en las universidades de Francia”. Vale recordar que era asesor militar mientras Javier Pérez de Cuéllar, embajador. “Luego se produce esa asonada y Ollanta lanza esa proclama que se escucha en Canal N y en RPP” (apoyando a Antauro y contra Toledo).
En 1995, Javier Pérez de Cuéllar fue candidato de Unión por el Perú, UPP, siendo derrotado por Alberto Fujimori. Fue el partido con el que Ollanta llegó al Poder y para 2020, ese partido, se alió al extremismo. Según Perú21, el máximo líder era el “condenado por homicidio Antauro Humala (…) Para 2005, UPP quedó en manos de José Vega, secretario general hasta hoy, quien tiene primos en el Ejército que han sido superiores de Antauro”.
Tiene bases, tiene partido y hay descontento. Peor imposible.
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