El engaño como ardid para gobernar
El 2023, estuvimos escuchando el discurso presidencial de Fiestas Patrias de 3 horas y media, porque nos invitaron a un programa televisivo a comentarlo, lo que nos sirvió para confirmar lo que ya sabíamos, el sometimiento absoluto del gobierno de Boluarte a la agenda globalista de la ONU, para constatar que no existe un Plan Nacional de Desarrollo, y que los acuerdos del Acuerdo Nacional solo sirven para darnos la ilusión de que el gobierno los escucha.
Sumidos en una inevitable modorra de anuncios de programas de acciones sectoriales, solo reaccionamos cuando escuchamos el pomposo anuncio de la neuroeducación de nuestros niños, es decir, la inescrupulosa aceptación de la neuromodulación de los niños y adolescentes en la escuela, para convertirlos en esclavos mentales, además de la pervertidora ideología de género, el globalismo, el satanismo disfrazado de multirreligiosidad idolátrica, y nada de conocimientos que les permita aprender a pensar, crear o inventar, emprender, y ubicarse en este mundo histórica y geográficamente como pertenecientes a la nación soberana del Perú, sino como “ciudadanos del mundo”, donde lo más valioso de nuestro territorio se ha convertido engañosamente en “patrimonio de la humanidad”.
Solo le han agregado este 2025 el fomento de la educación informática con la inteligencia artificial para “proyectar la educación de los niños hacia el futuro”, un engaño enorme, con el que pretenden introducir a los niños y adolescentes en un mundo virtual, donde su esclavización será más rápida, y más fácil convencerlos de unirse “voluntariamente” a una red de control poblacional digital con un chip en la mano o en la frente.
Ya los padres consultan el ChatGPT o a Géminis como si fueran sus enciclopedias, y se creen todo lo que dicen como verdad, por lo que cuando les consulten si se someten a la marcación con el chip 666 de Microsoft, les responderán que es la vía de mayor seguridad para actuar en este mundo tecnológico contemporáneo, y lo mejor que pueden hacer es autorizar que marquen también a sus hijos.
Ya algunos no van a ninguna parte si no le preguntan al Waze o Google por dónde ir, se ha completado el trabajo de lavamiento cerebral por internet, para quienes no razonan sus circunstancias, ni tienen el hábito de pensar en todo lo que hacen, o en lo que les obligan a hacer, y menos cautelan el desarrollo de su propia inteligencia.
¿Podremos los peruanos elegir el 2026 gobernantes con la capacidad moral e intelectual de enarbolar un gobierno realmente soberano que libere a nuestra nación de este plan de destrucción y dominación del Perú?
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