El lado correcto de la historia
La posición conciliadora de Hernando de Soto ante el candidato Castillo es una puñalada para la democracia peruana.
Nunca ignoraremos la calidad académica del economista, pero imaginar que es posible negociar con un personaje ideológicamente vinculado a Sendero Luminoso resulta una necedad mayor; y suponer que pudiese firmar una hoja de ruta equivalente a la de Humala el 2011 implica no entender el radicalismo de quien proviene de las canteras ortodoxas del marxismo–leninismo-maoísmo.
Castillo pasa a la segunda vuelta, pero no ha ganado en el contexto más amplio porque la izquierda tiene hoy la menor votación proporcional al número total de electores en las últimas cinco elecciones. Por tanto su destino es todavía incierto.
Sus planteamientos, entre tanto, son una imposición de los sectores más duros del comunismo peruano; de lo que representa Vladimir Cerrón con su prédica ligada a los dictados del Foro de Puebla y el socialismo del siglo XXI. Es decir a un proyecto estratégico de alcance continental, en el cual el “internacionalismo” marxista pretende eliminar la soberanía de los Estados – Nación liberales como la república peruana.
Las tácticas de Castillo son, además, maoístas porque plantean la revolución del campo a la ciudad, un nuevo pacto social y una nueva constitución que acabarían con el modelo presente de la economía social de mercado y con las bases del sistema basado en la libertad. Sus vínculos con Sendero Luminoso a través del Conare y el Movadef indican que la sociedad peruana se adentraría en un proceso necesariamente convulso porque, por ejemplo, la liberación del genocida Abimael Guzmán implicaría confrontar a las FF.AA. y la PNP.
Así, la pretensión de De Soto respecto a ser un interlocutor que “modere” a Castillo es ridícula. No se puede pretender que un anciano citadino juegue con una víbora. Y la explicación solo puede estar o en la búsqueda de satisfacer un ego personal incalculable, o en la encomienda de la gran banca para buscar anticipadamente la interlocución con un eventual gobierno comunista.
Así las cosas, la decisión de Francisco Tudela y de algunos congresistas electos de Avanza Perú de votar por Keiko Fujimori porque representa ahora la única alternativa viable frente al totalitarismo, es la posición que todos los peruanos demócratas debemos asumir. Basta de odios y de poses diletantes frente al enemigo. O estamos del lado correcto de la historia, o la fatuidad de algunos nos lleva directamente al abismo. No hay más.
Para más información, adquiere nuestra versión impresa o suscríbete a nuestra versión digital AQUÍ.
Puedes encontrar más contenido como este siguiéndonos en nuestras redes sociales de Facebook, Twitter e Instagram.