El Monarca, Toledo y la rata

Con el propósito de pasar inadvertidos para realizar sus “fechorías” los integrantes de “Los Cuchilleros” usaban sobrenombres: El Fiscal; El Maestro; El Demonio; El Gato Fiero; El Procurador; El Canciller; y El Monarca.

Y es que para aquellos que no saben, en los ambientes políticos, el chisme fluye como agua de río inquieto y para las bromas a realizar, ellos ocultos tenían que estar.

Corrían los primeros años del gobierno de Alejandro Toledo, y era su turno de dirigirse al Congreso por el aniversario patrio. Por ello, Los Cuchilleros se reunieron un día antes en una casa en el distrito de Miraflores y tomando unas copas de brandy y con puros en mano, se les ocurrió que sería interesante correr la voz de que una rata sería soltada en pleno discurso presidencial y la tarea de conseguirla recayó en El Monarca, teniendo los demás miembros la responsabilidad de circular la noticia entre los parlamentarios más chismosos y algunos cronistas parlamentarios.

Llegó el día y cada Cuchillero se instaló en su curul y fueron difundiendo el rumor de que una rata sería soltada durante el discurso presidencial por un parlamentario opositor al gobierno.

Ya en la Sala Mariátegui el rumor empezó a surtir efectos. La sesión fue convocada para las nueve de la mañana y el presidente Toledo debería empezar su discurso una hora antes del mediodía, pero la noticia alteró totalmente el protocolo. El procurador recibió la llamada de Carlos Ferrero, presidente del Congreso, preguntándole si sabía algo de una rata y la respuesta fue ¡no! Sin embargo, ya diversos parlamentarios del grupo toledista tenían la tarea de descubrir quién era el que tenía la rata.

La sesión empezó y El Monarca ingresó por la puerta principal del hemiciclo llevando entre manos un sobre que tenía la silueta de una rata y lo colocó sobre una curul. En pleno discurso cogió el sobre y se agachó con el ademán de “soltar la rata”, pero lo que hizo fue “ocultarla en su saco” y luego salió rápidamente del hemiciclo cuando fue abordado por dos congresistas que le increparon sobre el contenido del sobre y les dijo “ah ¿se refieren a esto?” y sacó del sobre unos lindos pergaminos que contenían la receta del Ponche de los Libertadores que se bebe en el Congreso por fiestas patrias.

El Comercio al día siguiente “discurso presidencial se inició a la hora Cabana” y nadie supo hasta ahora del por qué.

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