El monstruo de la recesión nos devora
El debate resulta estéril respecto en torno a la recesión: el gobierno y el BCR lo niegan, pero los empresarios y el pueblo están siendo duramente golpeados por una crisis frente a la cual solo cabe reaccionar con rapidez y unidad nacional.
Técnicamente la recesión ocurre cuando en dos trimestres se contrae el Producto Bruto Interno. Y eso está ocurriendo: nuestra economía registró su mayor caída al cierre de mayo último en -1.43 %, una cifra no vista desde febrero de 2021; el PBI en junio cerró con una caída de -0.56% y con ello se acumuló una disminución de la producción de -0.45% en el primer semestre del 2023.
Los sectores más impactados fueron Pesca (-31.65%), Agropecuario (-3.37%), Manufactura (-6.09%) y Construcción (-8.97%). La demanda interna tiene una franca caída al 2% desde diciembre de 2022; y la inversión privada se ha contraído.
A partir de esto se prevé que crezcamos este año apenas en torno a máximo 1.5%.
Por la recesión la falta de empleo y el aumento de la pobreza que podría llegar al 28 % o 29 % cuando actualmente está en 27.5 %. Eso significa que se afectará a más de nueve millones de peruanos, mientras que está en proceso un agravamiento de la inseguridad alimentaria con más de 16.6 millones de personas que no reciben la cantidad adecuada de alimentos. Según el INEI, “4 de cada 10 niños de 0 a 3 años tiene anemia (…) en regiones como Puno, Ucayali y Huancavelica, donde 6 de cada 10 niños padece esta enfermedad”. A eso se suma la previsión de la catástrofe climática por el inminente fenómeno de El Niño.
Pese a todo esto, el MEF niega la recesión y atribuye el problema a El Niño, que ha frustrado la temporada de pesca, y el impacto de la crisis de fertilizantes.
Sin embargo, circunscribe sus medidas al gasto público y apoyos a los sectores puntuales confiando en una fuerte recuperación en el tercer trimestre. Pero no se está haciendo lo suficiente para incrementar la inversión privada, mientras el gasto corriente sigue disparándose en un estado macrocefálico apuntalado por bonos y medidas populistas en un entorno de ruido político heredado del castillismo, la corrupción y la inestabilidad populista.
Frente a eso debemos reclamar mejor calidad de medidas reactivadoras, especialmente en la minería, la dinamización del consumo y la ecuanimidad, tanto en el Congreso como en el Ejecutivo.
Mira más contenidos siguiéndonos en Facebook, Twitter, Instagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.