El necesario relanzamiento de la integración continental

Vivimos un contexto de grandes cambios mundiales. Lo que significó para la humanidad el crack del 29, en el siglo pasado, hoy se expresa, incluso con mayor potencia y drama, en los efectos económicos del Covid-19 ; éste último propiciará la aparición de nuevas plataformas políticas y la caída de algunas élites dirigentes en todo el planeta. También resucitarán viejos debates sobre el rol del Estado en los asuntos privados, en parte alentados por la indolencia de los sectores mercantiles frente a las circunstancias . El combate de la pandemia enfrentará dos perspectivas muy diferenciadas, de un lado la de occidente y su aún apuesta en las libertades individuales y por otro la mirada de mayor control digital y dureza que viene de Oriente. Es el contexto más propicio para la consolidación del proceso que venía desde ante de la aparición del SARS-Cov-2 : una nueva guerra fría entre China y los Estados Unidos.
El mismo Xi Jin Ping, líder de la República Popular China, ha declarado que se está empujando al gigante asiático a una nueva guerra fría. Los chinos con la “ruta de la seda” quieren construir infraestructura en Sudamérica y África. Hay una vocación clara por liderar el mundo, en términos de coordinación y tamaño del PBI. En ese ímpetu, por ejemplo, superconcentran el mercado energético en Perú Naturalmente esto ha ocasionado que USA y aliados reaccionen. Pienso que esto último guarda relación -entre otras consideraciones menores- con la presencia constructora de Reino Unido en nuestra patria.
La acción de las 2 super potencias -y sus aliados- y su influencia, económica, política y cultural en América Latina impone el necesario relanzamiento del viejo sueño de Haya de la Torre -y de Bolívar- de la integración de nuestros pueblos para poder negociar en mejores condiciones con ambos bloques. La unidad de criterios nos facilitaría obtener mejores condiciones en nuestro necesario relacionamiento con los pueblos-continente que estarán en pugna. La respuesta geopolítica de indoamérica debe ser unitaria e inteligente. Es un proceso que sin duda no será inmediato y por lo tanto es aconsejable que sea por etapas.
En esa línea hay que destacar el esfuerzo de Alan García al crear la Alianza del Pacífico. Debemos exigir desde Perú, Colombia, México y Chile que esta articulación -que llegó a ser la sexta economía del mundo- su acción mayor y permanente en clave económica y comercial y la suma a la misma de Ecuador, Panamá y Costa Rica. García Pérez también lanzó una propuesta hace un par de años: la Alianza del Atlántico para un esfuerzo de integración vertebrado alrededor de la salida de estas tierras hacia el otro gran mar. La consolidación y re impulso de la Alianza del Pacífico y la posterior creación de la Alianza del Atlántico son pasos fundamentales para una unidad general posterior. Una renovada integración que nos permita traer lo mejor de los bloques que disputarán posiciones en el mundo cuando menos por los próximos 25 años.