El “oficialismo” Parlamentario: Acuña, Fujimorismo, etc.

Para nadie es un secreto que el principal problema nacional en el Perú es la seguridad ciudadana. Las bandas de extorsionadores campean y oprimen a los pequeños comercios, usan incluso armas de guerra o dejan granadas a modo de amenaza. Acribillan a quienes no cumplen con los ilegales pagos y comienzan a ejercer control territorial sobre determinadas zonas del país. El problema ha avanzado muchísimo sin reacción del Estado. No hay plan, inteligencia ni mano firme. Las fronteras siguen siendo una coladera. Muchos de los cabecillas de estos esquemas son extranjeros de diversas nacionalidades.
Si bien este problema lleva años en proceso de desarrollo y maduración, han sido estos últimos tiempos en los que la crisis ha escalado a niveles alarmantes. Justamente con el Gobierno de Perú Libre, tanto en su primera etapa con Pedro Castillo –donde hay acusaciones de que se vendían ascensos en la PNP– como ahora con Dina Boluarte. La ex cajera de la campaña del lápiz en 2021 parece más preocupada en orientar a su ministro favorito a que no encuentre a su hermano Nicanor o a Cerrón que en exigir avances en seguridad ciudadana.
Diversos expertos, analistas, periodistas y políticos han expuesto múltiples ideas: un GEIN para criminalidad transnacional, megapénales, modificaciones al marco normativo para endurecer sanciones a delincuentes y proteger a la PNP, aumentar los efectivos en las calles, entre otras. Sin embargo, desde Palacio y el Ministerio del Interior no se toma ninguna decisión.
Es claro que no podemos ser tan ingenuos como para esperar algo de Boluarte; ella parcela el Estado y reparte los ministerios en función de pequeñas alianzas políticas o de usos cuestionables, como en el caso de Santibáñez en el Ministerio del Interior, aparentemente para obstruir investigaciones en su contra.
Lo realmente sorprendente es que este Parlamento ha abdicado completamente en su deber de fiscalizar y, aún más grave, una fracción del mismo se encuentra en abierta componenda con el Ejecutivo. Hasta hoy, es evidente que se han convertido en el “oficialismo” parlamentario: APP de Acuña y Fuerza Popular de Keiko Fujimori, además de otras bancadas, han optado por blindar al Gobierno. No han firmado la censura del ministro del Interior, en un acto inexplicable. Blindajes y votaciones a favor de los viajes turísticos de la presidenta hay para exhibir en exceso.
Digo hasta hoy, pues no se descarta que, luego de la convocatoria a elecciones generales, estos grupos o algunos de ellos pasen a la oposición ruidosa e incluso impulsen la discusión de la vacancia. Lo harán porque no querrán que sus resultados electorales sean afectados por el desprestigio de Boluarte. El pueblo debe tomar nota y hacerles pagar la factura política de su desvergonzado apoyo.
Aprovecho estas líneas en Diario Expreso para manifestar mis condolencias a las familias de las víctimas del trágico accidente en Trujillo, ocurrido en un centro comercial, que dejó, además de cuatro fallecidos, casi 80 heridos. Que se investigue a fondo y se sancione con dureza a los responsables. ¡Mi solidaridad con La Libertad!
Destaco la reacción del aprismo liberteño, encabezado por su secretario regional, Julio César Morán, al cancelar el mitin de la Fraternidad en Trujillo debido a las luctuosas circunstancias.

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