El Perú arde

El Perú arde mientras la gobernante de chiripa Dina Boluarte cometió su primer error político: juramentó a un gabinete técnico y académico, con algunas buenas personas, pero sin muñeca política que es lo que se requería. Este gabinete calma a los distritos tradicionales de Lima, y crispa más al extenso grupo de peruanos dispuesto a incinerar al país con sus protestas, porque se siente engañado y no reconoce a Boluarte.

Ayer se conocieron las amenazas de bloqueo de los corredores mineros. ¿Y quién es el flamante ministro de Energía y Minas? Óscar Vera Gargurevich, quien hasta hace pocos días era gerente de la Refinería de Talara: “el mayor escándalo de la historia del Perú: nunca antes se había construido un proyecto tan caro y tan descabellado”, según escribió Aldo Mariategui, al conocerse por un informe de Contraloría que el costo de la nueva refinería alcanzó los US$ 5,800 millones de dólares, es decir más de cuatro veces el precio pactado.

Ayer también prosiguió el bloqueo de la Panamericana Sur con la intención de aislar Lima e impedir la llegada de alimentos. Hubo concentraciones en diversos puntos de esa vía, como Chala en Arequipa y otros lugares más cercanos a la capital. En Andahuaylas las protestas dejaron un muerto, “el primer muerto de la golpista Dina Boluarte”, se le oyó decir al periodista Domínguez de Inty Noticias.

El nuevo gabinete fue compuesto por quienes estaban más cerca: viceministros de los salientes; gente muy cercana al humalismo, a los caviares; a elementos otrora de confianza del propio Castillo y mandos medio ministeriales. César Cervantes Cárdenas es el nuevo ministro del Interior fue anteriormente nombrado por el morado Sagasti como Comandante General de la PNP. Este fue duramente criticado por pasar a retiro a su predecesor, el General Orlando Velasco Mujica, y a los Tenientes Generales Jorge Lam Almonte (Sub-Comandante General) y Herly Rojas Liendo (Inspector General), así como a otros quince generales de la institución.

Tanta improvisación solo llevará a mayores enfrentamientos y división entre peruanos hasta que no quede más salida que convocar a una Constituyente, algo que fue el caballito electoral de la propia Dina Boluarte. ¿Ya se le pasó esa fiebre, acaso? ¿En realidad traicionó a Castillo o es un simple cambio de ruta para llegar a la misma meta?

La profunda crisis sociopolítica que ya desborda no se solucionará con el nuevo gabinete que, sin duda, es un valium para San Isidro y un acceso a los favores de la prensa y las encuestadores, es decir al mundo paralelo ajeno al Perú. Creer que esto pone fin al enfrentamiento es de una mente subnormal o perversa.

El uso de la fuerza tampoco evitará que la marea pro Asamblea Constituyente siga creciendo. Si la señora Boluarte quiere un poquito a nuestro país y no es enemiga del modelo de economía social de mercado (o libre emprendedurismo) debe renunciar lo antes posible y el presidente del Congreso llamar a elecciones. Y no para 2024 porque no llegamos.

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