El plan comunista sigue

El plan continúa, la salida de Guido Bellido no significa nada. El plan continúa, en Perú Libre no hay ruptura ni división. El plan continúa, la meta es cerrar el Congreso bajo la falsa narrativa de la Asamblea Constituyente cuando lo que busca este régimen es perpetuarse. Aceptémoslo, los filo-narco-terroristas usaron los mecanismos de la “tonta democracia” (Fidel Castro dixit) para llegar al poder y quedarse.

La neurocirujana cubana Hilda Molina, hoy asilada en Argentina y que fuera cercana al tirano Castro, ha revelado en un sinfín de entrevistas que este reconoció en Hugo Chávez una pieza fundamental para sus planes. Fue cuando el gorila del Orinoco dio el golpe de Estado contra Carlos Andrés Pérez (CAP) en 1992. Castro celebró luego el indulto otorgado por Rafael Caldera al golpista, en 1994, y lo invitó a la isla donde le propuso usar su popularidad para difundir sus ideas por el mundo, financiado por el régimen cubano.

Fidel Castro, una de las mentes políticas más portentosas y perversas del siglo XX, esbozaba ya su plan para resucitar el comunismo sepultado bajo los escombros del muro de Berlín. El mundo libre daba por muerta a esa ideología del fracaso, del atraso y del terror, pero el barbudo quería ese veneno para el continente bajo un nombre suavizado. “Socialismo del siglo XXI” le llamó, tomando prestado el nombre del alemán Heinz Dietterich Steffan (1943), sociólogo, analista político y profesor universitario afincado en México.

¿Por qué eligió Fidel a Chávez, un hombre de escasa formación y tenues luces intelectuales? Sabía que el comunismo para no volver a colapsar necesitaba: el control de los servicios de inteligencia y tener a los altos mandos militares “comprados” (vía corrupción, chantaje o halagando sus inexistentes cualidades).

Así las neutralizaba en la etapa inicial y luego formarían parte principal del nuevo poder, comunista y perpetuo. Como se oyó decir en un audio al entonces postulante al Congreso Guillermo Bermejo: “Nosotros lo dijimos con claridad, somos socialistas y nuestro camino de nueva Constitución es un primer paso. Y si tomamos el poder, no lo vamos a dejar”. Algo similar Fidel le dijo a Chávez: “perder el poder cuando se alcanza es propio de huevones y remamahuevos”.

El cuento de la nacionalización de los recursos naturales, de la estatización de empresas estratégicas, la renegociación del gas de Camisea y etc. solo servirá para corromper a generales y con ello controlar al Ejército. Ya tienen su ministro del Interior (inteligencia y policía). Al “pueblo” lo sumirán en la miseria, en la desesperación, para que dependa, cada vez más, del Estado (para el caso del gobierno) sea esperando bonos, reparto de alimentos, entre otros.

Aquí no gobierna Cerrón, Castillo ni los caviares, sino Cuba desde la mesa situacional de La Habana; igual que en Venezuela, Argentina y otros países de la región con partidos políticos ilusos que quieren combatir la antidemocracia con herramientas de la “tonta democracia”.

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