El reportaje infiel
El operativo político de la colombiana Clara Elvira Ospina contra la candidatura de Keiko Fujimori en 2016, la perseguirá hasta el último de sus días. Lo que ella explica como “Reportaje Fiel”, en su fallido comunicado persistente en la mentira, es más o menos cacarear en el mismo tono lo que te cacarea un tercero.
El notable periodista de investigación Carlos Paredes en reciente publicación, en Caretas, realiza un extraordinario análisis del trabajo de Ospina. Bajo el título ‘El hombre de la DEA’ da cátedra sobre el periodismo de investigación y refiere sus dos dogmas principales: “1. Solo debes publicar aquello que puedes probar; y 2. La versión de una persona no es prueba suficiente para sostener una acusación”. Y por supuesto deshilacha el reportaje de marras.
Ospina simplemente recogió el testimonio de Jesús Vásquez, quien dijo haber grabado al otrora secretario general del Fuerza Popular y hoy alcalde de Cajamarca, Joaquín Ramírez, mencionando haber “lavado” quince millones de dólares de Keiko Fujimori, de la campaña del 2016.
Ospina creyó que no cargaría más la cruz de mentira, cuando la DEA confirmó que Jesús Vásquez sí había sido su informante. Algarabía en La República: “Se ha confirmado que fui informante de la DEA y que grabé a Joaquín Ramírez”, dice Vásquez, “el piloto”. ¿Piloto de qué, de aeronaves de los narcos, de una línea aérea? Que se recuerde nunca se mostró su licencia, ni vencida. ¿Habrá volado aunque sea un parapente a motor?
Una alegre Rosa María Palacios entrevistó, en su programa radial, al testigo resurrecto tratando de darle credibilidad al infame reportaje que destruyó las posibilidades de Keiko y le abrió las puertas a los comunistas y caviares con los que Pedro Pablo Kuczynski se alió para asegurarse una victoria, que siempre olió a duda. El malhadado informe de una colombiana es el génesis de la inestabilidad que vivimos hoy.
Tras la renuncia de PPK, Ospina se puso al servicio de Vizcarra, luego de Sagasti y finalmente le hizo la campaña a Castillo, mostrando al huelguista, analfabeto funcional, con cociente intelectual por debajo del promedio, y ligado a elementos de Sendero Luminoso y del narco, como un profesor rural y humilde, un esposo y padre ejemplar dedicado a las faenas agrícolas. Ese fue el segundo operativo político de la “reportera infiel” a todo principio del periodismo decente y veraz.
Lo que sabemos con certeza es que el supuesto audio de los quince millones no existe y la DEA no lo conoció jamás. Y como no existe, Vásquez dice que no descarta que el exagente de la DEA, José Irizarry (…) haya vendido el audio. Ya pues, y después llegaron unos alienígenas y borraron la transcripción.
El periodista Paredes informa, en Caretas, que uno de los dos agentes con los que colaboraba Vásquez era el puertorriqueño José Irizarry, quien se ha declarado “el agente más corrupto de la historia de la DEA”, y esa partecita se le olvidó a Ospina.
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