El teléfono móvil
¿Alguno de nosotros tendrá la idea de cómo será el futuro? Yo, no la tengo; sin embargo, haré el ejercicio de idear cómo será el comportamiento humano en el futuro. Somos alrededor de 7,500 millones de personas en el mundo[1], de esta gran cifra, más de dos tercios cuenta con una línea móvil[2]. Qué se debe crear -o seguir creando- para ese futuro.
Es necesario conocer cuál es el comportamiento de esas personas; y, en lo primero que podríamos fijarnos en la vida cotidiana, cuestiones sencillas como la forma de vestir, sus pertenencias, y de ellas cuáles usan más o usan en realidad. Las personas siempre están dispuestas a pagar por algo que tenga valor. Todas las personas tenemos infinidad de objetos, si preguntamos cuáles son los más importantes, las respuestas serán diversas, en función de la cultura, la edad, el género, el entorno; quizá la respuesta común será: dinero, llaves y teléfono móvil. ¿Estas cosas, porqué son indispensables en la vida actual y seguirá siéndolo en el futuro? La respuesta sería: se trata de la supervivencia, para uno mismo y para los nuestros.
Ya sabemos el uso de las llaves y del dinero; pero ¿un teléfono móvil será indispensable? Si, siempre y cuando cuenta con conectividad, todavía hay cosas que hacemos con una computadora o mediante el teléfono tradicional. Este pequeño aparato es de uso personal y nos brinda no solo comodidad, sino privacidad, y se ha convertido hoy en día en algo imprescindible ¿cómo actuamos cuando nos olvidamos este equipo electrónico? Terminamos por adaptarnos a esa situación y buscamos la ayuda de alguien, algo así como cuando un analfabeto pide a otra persona que le lea algo que está escrito, así salimos del apuro; este mismo principio se aplica en lugares donde solo se cuenta con un aparato telefónico o no se tiene acceso a la comunicación por vía móvil.
El teléfono móvil hoy en día nos sirve para efectuar transacciones comerciales, como billetera electrónica, para identificarnos, para estar conectados en las redes sociales, para tomar fotografías y videos, para enviar y recibir comunicaciones, etc, etc. Gracias a este invento, que día a día viene siendo actualizado y modernizado, tenemos hoy la posibilidad de vivir en un mundo conectado, donde todo se entrelaza y todos los puntos pueden hacerlo, independientemente de la localización geográfica, trascendiendo en el espacio y en el tiempo. Las ideas se propagan inmediatamente y pueden englobar a todo el mundo; los bienes y servicios están cada vez más a nuestro alcance; la innovación de estos equipos no viene con una receta ni anticipación, cada fabricante lo hace a su libre albedrío, pero siempre cumpliendo las necesidades básicas: la comunicación; y, podemos comunicarnos con más de cinco mil millones de personas conectadas mediante este aparato.
A modo de conclusión, diría que, gracias al teléfono móvil hoy estamos conectados y podemos comunicarnos con infinidad de personas; pero, no hemos reparado en que, para mantener una comunicación efectiva debemos preocuparnos por aprender a escuchar. Solo eso nos falta, en esta época con proyección al futuro: ¡APRENDER A ESCUCHAR!
