El ‘tuco’ indigesto: Maraví, Castillo, Bellido y Cerrón

A los personajes nombrados, con su Bermejo más, les friega que les digan ‘terrucos’, ‘tucos’, senderistas, Movadef y tanta otra palabra tóxica que nos dejó la cruel y dolorosa experiencia de Sendero Luminoso (SL) y el MRTA. Pero ellos, junto con la mayoría de la bancada de Perú Libre (PL), nos muestran de manera ostentosa un pensamiento ‘tuco’.

La intervención final del ministro de Trabajo Íber Maraví, en su interpelación, fue patética y cínica. Exigió poco menos que le pidieran perdón por cuestionar su pasado senderista. Atestados policiales lo vinculan con atentados subversivos, pero como no hubo proceso judicial (fue declarado no habido) ni sentencia, no hay pruebas, según Maraví. Con desvergüenza mostró un certificado policial, ‘demostrando’ su mentirosa inocencia. Imaginamos el sentimiento del policía que lo imprimió.

Escuchar a Maraví en el Congreso nos recordó los argumentos de los abogados senderistas Jorge Cartagena y Alfredo Crespo –defensor de Abimael Guzmán–, siempre falaces, negando lo innegable. El ministro lanzó una chapucería al decir que su participación en el Congreso Estatutario de La Cantuta (2003), en condición de vicepresidente de la mesa directiva, no implica nada, descartando su relación con Conare-Sute.

Maraví nos cree idiotas. No fue una ‘reu’ académica, sino un evento partidario de SL, donde se fundó el Conare-Sute, organismo generado de SL, igual que Movadef. Y el documento reza en mayúsculas: “Comité Nacional de Reorientación y Reconstitución del Sutep, Presidencia de la Mesa Directiva de Bases por Regiones (…) Presidente: Roberto Huaynalaya. Vicepresidente Íber Maraví”.

Según investigaciones pasadas, el ministro ocupa un lugar importante en el Movadef, incluso mayor que el de Pedro Castillo, unificador del Conare-Sute y miembro activo de ese gremio claramente senderista. Por eso el mandatario lo protege a capa y espada. Ante los fuertes cuestionamientos a Maraví, el castrista Premier Bellido declaró que le había pedido su renuncia, aunque añadió que el gobernante decidía. Y se quedó orondo y desafiante en su puesto. Si permanece en él, probablemente reconozca a sindicatos y federaciones, ya lo hizo con el Conare-Sute, hoy Fenatep, incrementando los organismos generados tan gratos para el senderismo.

Repetidamente, el Premier ha amenazado con la cuestión de confianza de censurarse a Maraví, clausurando el Congreso. Parlamentarios se reunieron con Castillo y les dijo que “no era el sentir del gobierno”. Luego cambió, ‘tuiteando’ que “la confianza formaba parte del equilibrio de poderes”.

Bermejo amenazó ayer al Congreso con su cierre, demostrando que las facciones castristas y senderistas del régimen se han alineado. Para la democracia es indispensable censurar al ministro Maraví, sería un tapón al avance subversivo. Los congresistas demócratas no deben ser pusilánimes ni miedosos. De no hacerlo, igual serán barridos. La censura a Maraví abre espacio para vacar al ‘neotuco’ Castillo. No es el bueno de la historia. Después será tarde.

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