ÚLTIMA HORA
PUBLICIDAD

Élite sin principios

Imagen
Fecha Publicación: 18/02/2023 - 22:00
Escucha esta nota

En el Perú impera una élite social sin principios, carente de dignidad y de ética. Esto se traduce en la falta de respeto por la propia tradición familiar y el maltrato de apellidos que deberían ser suficiente razón para repeler a cualquiera que lo mancilla y a quienes tienen conductas delictivas. La sobrevivencia de una élite que debió ser ejemplificadora pende de un hilo. Su flexibilidad moral es escalofriante: normalizan los delitos de los suyos y aceptan la amistad y dádivas de narcos. Esa élite desaparecerá aplastada por una vigorosa clase emergente que aprovecha, con apego a las normas, las oportunidades de la democracia liberal. Esa nueva sangre salvará a nuestro país; la actual es responsable de todas nuestras crisis. Hace poco el hijo y nieto de grandes juristas sostuvo, como abogado, que “No existe ningún título o contrato que obligue al imputado a no delinquir”, cuando se debatían los alcances de los delitos perpetrados por el socio de una empresa sentenciado por corrupción.

La llamada “gente de sociedad” admira a cualquiera que exhiba riqueza. Inflan el pecho al pronunciar sus apellidos, pero son capaces de manejar el dinero a cualquier amistad narco que cae preso, porque “probrecito/a”. Un ejemplo: en los 2000 hubo una muy exitosa casa de fotos infantiles en San Isidro. La crema y nata de la apolillada aristocracia acogió como par a la propietaria, una tal Kathia “Katita” Farfán Balarezo. Ella había caído en 1998 con 25 kilos de cocaína para distribución en Florida y estando bajo una fianza de 200 mil dólares huyó hacia Perú, estableciendo ese negocio.

En 2013 quiso vacacionar en el Caribe mexicano y al pisar tierra azteca fue entregada a las autoridades estadounidenses. Había pasado 15 años fugada. Ver: https://www.nbcmiami.com/news/local/south-florida-woman-who-spent-15-years-on-the-run-sentenced-in-drug-case/1924512/

La cosa es escabrosa. Algunas de sus clientes-amigas, esposas de importantes empresarios y herederos volaron a Florida para acompañarla el día que se leyó la sentencia de doce años de prisión. “Katita” mintió, dijo que contrabandeó la droga por encargo de un cártel colombiano, vía Jamaica y las Bahamas, a un almacén en Pompano Beach. También que le pagaron pocos cientos de dólares por el viaje. Una revisión de los Panama Papers demuestra su mendacidad: tiene un entramado de empresas offshore y está asociada a personajes que contratan con el Estado, especialmente en la zona del Huallaga. Vaya casualidad. Su empresa con sede en Panamá es Leggett Consultants Inc. Figuran como socios Víctor Raúl Vásquez Gonzales y Víctor Humberto Ocaña Guerrero, todos vinculados vía Legget a Grayle International S.A., con sede en Panamá y Bahamas; Bainville Investments, Tallimore Trading y Zamora Editores, entre otras. Ver: https://offshoreleaks.icij.org/nodes/12023674

Cumplida su sentencia el juez William Zloch la deportó a Perú y sus amigas la recibieron como si volviese de recibir el Nobel de la Paz. ¿Quién cuidó sus propiedades esos doce años? Investigue, señora procuradora antidrogas Sonia Medina. Investigue.

Mira más contenidos siguiéndonos en FacebookTwitterInstagram, TikTok y únete a nuestro grupo de Telegram para recibir las noticias del momento.