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En 2026 será posible votar por el mejor

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Fecha Publicación: 17/07/2024 - 21:00
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La campaña electoral ya arrancó. Efectivamente, desde las cero horas del 13 de julio pasado, en aplicación de la normativa electoral vigente, ya prácticamente conocemos quiénes serán los candidatos presidenciales en las elecciones de abril de 2026, de las 22 organizaciones políticas en proceso de inscripción y de los 31 partidos políticos ya inscritos ante el Registro de Organizaciones Políticas – ROP; lo que se traduce en que, muy probablemente, aproximadamente, tendremos 50 candidatos presidenciales, de izquierda, de centro, de derecha, progresistas y libertarios; tendremos candidatos jóvenes, no tan jóvenes, buenos, regulares, malos, improvisados, soñadores, delincuentes, aventureros y de todos los géneros.

Quijotes, será la primera vez en nuestra historia que tendremos una inusitada cantidad de candidatos, de tal manera que realmente será imposible decir que tuvimos que elegir por el mal menor o elegir entre lo menos malo. Recordemos; en 2021 muchos votaron por la Sra. K tapándose la nariz, con arcadas de por medio o con lágrimas en los ojos, en vez de hacerlo por el Profe Castillo. Pero, el 12 de abril de 2026, posiblemente tendremos como interesantes candidatos a Hernando de Soto, Rafael López Aliaga, Carlos Neuhaus, Fernando Cillóniz, Francisco Diez Canseco, ojalá a Luis Thais, Carlos Añaños y quizá Wolfgang Grozo Costa. Es decir, lo que caracteriza a estos señores es que todos tienen hojas de vida virtuosas, son exitosos, con amplia experiencia profesional, empresarial y laboral; todos son probadamente honestos y sin delitos cometidos.

En el grupo mayoritario tenemos a muchos que aún no conocemos o que conocemos poco. A algunos los conocemos por ser hijos de propietarios de partidos políticos o por considerar que le asiste el derecho de herencia de la candidatura presidencial apropiada del padre ya no presente. Tendremos postulantes probadamente delincuentes, asesinos, corruptos, con investigaciones por diversos delitos cometidos como funcionarios públicos. La mayor virtud de éstos es sostener que les asiste la presunción de inocencia y que nadie es culpable hasta que la Corte Suprema no emita pronunciamiento; más aún, los más avezados ladinos delincuentes pseudopolíticos dirán que sus condenas son a consecuencia de persecución política. También tenemos a los que lograron sortear condenas en base a sus dignas amistades o contactos como cancha en fiscalía y el Poder Judicial.

Hermanos peruanos, si esta vez no elegimos bien, realmente me quedaré sin argumento en defensa de la sufrida población electoral peruana. En 2026, tanto en las elecciones nacionales como en las subnacionales será obligatorio e inexcusable votar por el mejor. Será la primera vez que tendremos la posibilidad de poner en la presidencia de la República a un buen ciudadano, quien priorice el Perú sobre todas las cosas, no sus cuentas bancarias.

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