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En manos de un inconfiable

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Fecha Publicación: 20/07/2020 - 21:00
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Lo visto el fin de semana en Arequipa grafica plenamente la situación extrema que vivimos en el Perú: los médicos y el pueblo repudian al gobierno por su pésima atención en la lucha contra la pandemia, la gente reclama desesperada por los muertos abandonados y Vizcarra huye cobardemente para seguir dando mensajes cargados de una esperanza irracional.

Esta actitud, igual a la del avestruz que esconde la cabeza, demuestra que el moqueguano ya no busca mejorar el gobierno sino protegerse ante la ira del pueblo. Con esa motivación sumada al último aleonamiento de un grupo de ex ministros hartos de la improvisación se designó a Pedro Cateriano como nuevo jefe del Gabinete.

De la democracia juvenil de este personaje no queda casi nada. Su servicio al mejor postor: Toledo, Humala y ahora Vizcarra lo pone como un burócrata lambiscón del poder de turno. Sus claves de éxito son el odio enfermizo antiaprista y antifujimorista; más un entorno marxistoide intragable que solo se explicaría por la hipótesis de un pseudoliberal económico que busca a los radicales culturales para mantener balance entre su prédica formal y sus aficiones.

Con el precedente del servicio a órdenes de Nadine Heredia lo reduce a ser un ujier de alto vuelto, que necesita luz verde para tomar decisiones complejas; un ladrador bullanguero para atacar a la oposición con rencor relamido; y un ministro detrás del cual quedan investigaciones graves que van desde compras militares hasta su eventual participación en el amañamiento de las elecciones del 2016.

Con este personaje deberemos enfrentar seis situaciones especialmente complicadas hasta el 28 de julio de 2021: el procesamiento de los infames por cuya incompetencia han muerto unas 40 mil a la fecha; la detención de los burócratas que robaron al Estado en la peor crisis de su historia; el fin de la persecución política contra los opositores; el rechazo al Acuerdo de Escazú que limitaría nuestra soberanía sobre 53% del territorio nacional; la reactivación rápida de las mypes; y la organización neutral de elecciones en las que ya el fraude asoma debido a la propaganda de Vizcarra, el funcionamiento limitado del JNE y la ONPE y el uso del voto electrónico.

Vizcarra está apaleado, Cateriano muestra los colmillos y no concierta con la oposición. El pueblo iracundo ya no aguanta más y la pobreza se agudiza dolorosamente. La tensión resultante será grave y, esta vez, inclusive la prensa más ruin no podrá callarla.