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“¿En qué momento se jodió el Perú, Zavalita?”. Con Castillo

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Fecha Publicación: 18/11/2022 - 23:40
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Mucho se ha apelado a la frase de la célebre novela de MVLL, “Conversación en la Catedral”, pero recién hoy tenemos una respuesta certera. Con Pedro Castillo “se jodió el Perú”. Esto ocurrió gracias a los votos de los odiadores de Keiko Fujimori, vaya ironía. Desafortunadamente, la desgracia la pagamos todos.

Entre los objetivos de Castillo está el copamiento del aparato del Estado, cosa que ha conseguido. Tiene también un plan de comunicaciones elaborado. Donde va Castillo, siembra el odio entre los peruanos y culpa al sistema actual de la pobreza existente, siendo su desastroso gobierno el principal responsable de que esta crezca y de la poca capacidad de gasto del ejecutivo. No le interesa que el Perú progrese. Reparte bonos adormeciendo a los más necesitados y logra, pese a la gigantesca corrupción, que su aprobación se incremente.

La minera Las Bambas redujo al 70% su producción por la extorsión de comuneros locales. Asimismo, se busca cerrar la mina La Inmaculada y destruir el corredor minero sur. Esto forma parte de un plan fraguado por este gobierno corrupto. Quien no lo note, está en Babia.

Como el régimen se siente victorioso, ha resucitado la consigna que agrupa a la ultraizquierda: Asamblea Constituyente. El premier -admirador de Hitler y con parientes negociando con el Estado-, fue al Congreso para amenazarlo, planteando cuestión de confianza si no se aprueba un referéndum para la Constituyente. Con prepotencia, el primer ministro espetó al pleno: si nos dicen que nuestra propuesta es inadmisible o no procede, lo tomaremos como un “rehusamiento” de la confianza. No acepta un no. La ilegal iniciativa le sirve para preparar el cierre de Parlamento.
Sabido es que Castillo anda distanciado del líder de Perú Libre, Vladimir Cerrón, no así de Guillermo Bermejo, acusado de vínculos con la subversión. La Constituyente en algo los reconcilia, aunque, principalmente, busca desviar la atención política de los estrechos vínculos que tiene el gobernante, su familia, sus ministros con el robo y el latrocinio. Podrá engañar a los más necesitados, pero por donde va, todos y cada uno saben que es un ladrón.

El comportamiento matonesco y desafiante de la ministra de Cultura, Betssy Chávez, indica que Castillo se siente empoderado y triunfador. Lo cual se desdice con la realidad. No es un vencedor. El cierre del legislativo son palabras mayores, implica un golpe de Estado. Los parlamentarios vendidos pueden preferir tranquilamente, vacarlo y conservar su puesto.

Además, la FF.AA. no se inscribirán en una aventura golpista. Castillo no tiene brío ideológico para convencer. El Congreso puede ponerle freno a sus bravatas totalitarias si actúa con mayor convicción, inteligencia y prolijidad. El descuido tenido con el procurador del legislativo -quien arruinó la sustentación del delito de traición a la patria imputado a Castillo- es inaceptable. En estos momentos no se requieren posiciones débiles, menos cómplices del régimen.

La fiscalización debe continuar con fuerza, los casos abundan. El favorecimiento de la ministra Chávez a la familia Sotelo, el de la esposa de Castillo a sus amistades, beneficiarias de jugosos contratos con el Estado, son una veta. Y vendrán más. Declarar improcedente el pedido del premier, deja a Castillo sin juego. Pero debe ser rápido para que el gobierno corrupto no gane espacio.

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