Estupidez contra Fujimori
El analista Juan Sheput escribe en el portal ‘El Montonero’: “Alberto Fujimori ha cometido delitos, es cierto. Pero ha sido indultado por Pedro Pablo Kuzcynski, y esa es una atribución constitucional. El Perú tiene derecho a hacer respetar sus decisiones soberanas. Estamos siendo testigos de un ensañamiento ante el cual es preciso levantar la voz. Nuestra izquierda, infantil y mediocre, se empeña en no cerrar heridas. No tiene otro discurso que el antifujimorismo”.
Cierto. La zurda peruana hace mucho quedó huérfana de prédica y de convicciones ideológicas o morales. Se ha negado a pensar y a juzgar sus propias acciones. Nunca, por ejemplo, pidieron perdón por tardarse demasiado en deslindar de la barbarie de Sendero Luminoso y jamás lo hicieron –al menos no en voz alta–, del terrorismo del MRTA. Los comunistas, los caviares y sus voceros en la prostiprensa, así como las nuevas generaciones de rojitos son indiferentes a los crímenes perpetrados por los terroristas. Esa laya dice defender los derechos humanos, pero no les importa los millares de víctimas inocentes -civiles, policiales y militares- del terrorismo; tampoco el sufrimiento de miles de campesinos, niños y mujeres pobres; el pánico generalizado de más de dos generaciones viviendo bajo la amenaza constante de los asesinos seriales, con sus coches bomba, sus juicios populares y cárceles ‘del pueblo’.
No los desvela el drama vivido por la comunidad LGTB, víctima de la ‘limpieza social’ (así mueren los maricones, decían los cartelitos que dejaban sobre sus cadáveres). Y menos les angustia la esclavitud de indígenas Asháninka a manos de Sendero. La consigna de su odio es contra el hombre que sacó al Perú de ese infierno. El teólogo alemán Dietrich Bonhoeffer, hubiese dicho que nuestro socialismo de salmón ahumado, comunismo y seguidores, más que infantil y mediocre, es estúpido. ¿Cómo se explica que sólo le atribuyan derechos humanos a las ‘víctimas’ de La Cantuta y Barrios Altos?
Bonhoeffer, fue una de las figuras más representativas de la resistencia contra el nazismo. Dijo que la única razón posible para la llegada al poder en Alemania del austriaco Adolfo Hitler, era la estupidez. Bonhoeffer se opuso públicamente a ese régimen terrorífico, por ello fue apresado y muerto en la horca, en 1945. Solo la estupidez, decía, podía haber convertido a su patria, tierra de filósofos, poetas, escritores y músicos, en un lugar de tibios, cobardes, malhechores y homicidas. ¿Aló CONFIEP?
En “Cartas y documentos de la prisión”, Bonhoeffer escribió: “Al conversar con un estúpido no hablamos con una persona, nos enfrentamos a consignas, eslóganes, mandatos y ordenanzas que se han apoderado de él. Está bajo un hechizo, cegado, maltratado y abusado en su propio ser. Habiéndose convertido así en una herramienta sin sentido, el estúpido también será capaz de cualquier maldad”. Y es maldad emanada de la estupidez lo que enfrenta hoy el ingeniero Fujimori.
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