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Feliz día, Dra. Aguilar

Fecha Publicación: 05/10/2024 - 20:20
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El 5 de octubre se celebra el día de la medicina en el Perú. El 27 de agosto de 1885, un joven estudiante de medicina se inoculó sangre contaminada para contraer la verruga. Falleció el 5 de octubre de ese mismo año. En 1937, el presidente Augusto B. Leguía, estableció la fecha como el día del Estudiante de Ciencias Médicas o el Día de la Medicina, en homenaje al mártir de Cerro de Pasco. Tenía 28 años. Me es inevitable recordar el atrevimiento del expresidente Martín Vizcarra, cuando pretendió justificar su vacunación contra el COVID, a escondidas de todos los peruanos, comparándose a Daniel Alcides Carrion. Indignación fue lo que sentimos porque el joven Carrión se inoculó el virus, no la dosis para salvarse como lo hizo el cobarde expresidente, quien aún a pesar de perpetrar semejante acción, volvió a candidatear. Ayer, el despacho de la congresista Arianna Orué Medina tuvo el acierto de reconocer la trayectoria de un grupo de médicos de la provincia constitucional del Callao. Una de las doctoras que recibió la distinción fue Gisella Aguilar Zavala, directora del Centro de Salud Ramón Castilla, quien hace unos meses quedó en el puesto tres, entre los mejores centros a nivel nacional. Pero la Dra. Aguilar, además de ser una profesional responsable, cuyo espíritu diligente es una de las virtudes que la caracteriza, es una mujer sensible, miembro del equipo de la Fundación Iberoamericana para las Artes, organizadora con la Municipalidad de Lima, del Festival Internacional Primavera Poética, y mi compañera: la mujer que no solo valora la poesía y las expresiones artísticas, sino que las promueve con la generosidad de quien tiene claro lo importante y necesarias que son para nuestra cultura. Para ser médico se requiere de una empatía superior al promedio, Gisella no solo es empática, se preocupa por la estabilidad de sus pacientes, está pendiente de sus procesos con la sensibilidad de un familiar. Recalco esto porque el enfermo y su entorno, adquiere otra seguridad cuando siente que quien lo atiende no es indolente. El día de ayer recordamos al mártir Daniel Alcides Carrión, en su nombre, abrazamos a los médicos, esa primera línea que se mantiene de pie, sin claudicaciones, en el sagrado deber de sanar. “Cuando un médico cumple años, sabemos que se salvarán muchas vidas”, decía el poeta Héctor Ñaupari. Sirva este abrazo a la Dra. Aguilar, como mi admiración a todos aquellos que no han cejado en cumplir con el juramento hipocrático. Que haya sido un gran día para los médicos del Perú.

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