Fibras naturales aislantes en construcción
Durante años, la facilidad de utilizar materiales de bajo costo —pero con un alto impacto ambiental— relegó al olvido el potencial de las fibras naturales como aislantes en el sector de la construcción. Según la Comisión Europea, este sector es responsable del 40% del consumo energético y del 36% de las emisiones de gases de efecto invernadero. Ante esta realidad, la industria está adoptando prácticas y materiales que fomenten la eficiencia energética para reducir su huella de carbono.
Al presente, diversas fibras naturales han demostrado ser alternativas competitivas y ecológicas frente a los plásticos. Materiales como el cáñamo, la madera y el lino destacan como aislantes de origen biológico, ofreciendo ventajas tanto ambientales como económicas. En Europa, especialmente en los Países Bajos, investigadores señalan que el cáñamo y el lino representan una oportunidad clave para impulsar una arquitectura sostenible.
De hecho, varias empresas ya están aprovechando la fibra residual de la industria del lino, mientras que el cáñamo —cultivado en NL, Francia y Bélgica como cultivo de rotación— puede producir hasta 95 toneladas en 13,5 hectáreas en zonas específicas, reforzando su viabilidad como recurso renovable. La demanda por el cáñamo ha empujado a que decenas de ganaderos se animen a cambiar de rubro y, en lugar de criar vacas, prefieran invertir en el cáñamo y el lino.
En esa línea, el gobierno neerlandés, al incentivar el uso de materiales naturales como aislantes en la construcción por medio de subsidios extras a partir de enero de 2024, abre una ventana de oportunidades a estos productores.
Estas fibras naturales ofrecen ventajas como el precio más bajo para quienes desean aislar sus casas del frío invierno o humedad; su impermeabilidad, pues las paredes que contienen estos aislantes son menos propensas al moho, lo cual no sucede con las fibras de la lana de vidrio, muy utilizada pero que genera moho en las paredes o no deja circular bien el aire en los edificios o casas.
A las fibras de cáñamo se les conoce como las “secuestradoras” de carbono, pues la cantidad de carbono que almacenan es superior a las emisiones generadas durante su producción y continúa almacenando carbono durante la vida del inmueble. Su uso es una opción para conseguir los objetivos del Pacto Verde Europeo que busca llegar a la neutralidad en carbono al 2050.
Este material ha demostrado ser una solución eficiente para climatizar hogares de manera sostenible, gracias a su excelente capacidad como aislante térmico. El cáñamo —perteneciente a la familia del cannabis— se ha convertido en un aliado clave para reducir la contaminación plástica a nivel global. Su uso como refuerzo en materiales compuestos no solo ofrece una alternativa ecológica, sino que además genera empleo e ingresos para miles de agricultores en varios continentes.
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