¡Fuera Zea!
Si el Congreso no promueve la censura del ministro de Desarrollo Agrario y Riego, el dos veces acusado de homicidio Óscar Zea Choquechambi, el Legislativo será cómplice de la hambruna que ya acecha al Perú. Zea es un maestro escolar carente de los conocimientos para el cargo que desempeña. Cree que solo se trata de comprar un fertilizante: urea, y hacer anuncios estrafalarios, como destinar el 3% del PBI a la llamada ‘nueva reforma agraria’. El dinero jamás es suficiente cuando no se tiene idea qué debe hacerse, cómo ni cuándo. Ahora está obsesionado con la compra de urea; es como si en eso se le fuera la vida o esperara encontrar algún “estímulo”, estilo Bruno “water” Pacheco.
La urea es un fertilizante usado por los narcotraficantes para la producción artesanal de amoniaco, una sustancia fiscalizada que, procesada, se usa para elaborar pasta básica de cocaína y cristalizarla. El ‘prosor’ Zea ha impulsado un Decreto de Urgencia para la compra de fertilizantes, exclusivamente de urea. ¿Por qué solo un producto que aporta nitrógeno y no todos los necesarios enriquecedores de suelos?
Si algo bueno tenía la urea era su bajo costo, pero su precio se ha disparado de 68 a 245 soles. Además, no es un fertilizante completo ni el único necesario para nutrir adecuadamente el suelo, mejorar la calidad de los cultivos y maximizar la productividad. Y eso es un problema tremendo en un país donde, ya el año pasado, siete de cada diez distritos del territorio nacional registraban problemas de inseguridad alimentaria. Todo indica que la cosa empeorará, con urea o sin ella.
En 2020 funcionarios de agricultura de la India advirtieron que el uso exclusivo y excesivo de urea tiene efectos negativos en los ecosistemas, en la fertilidad de los suelos y sus bacterias benéficas, en la propia calidad de los cultivos, amén de fomentar la aparición de plagas y proliferación de insectos nocivos. Un informe del Instituto de Investigaciones Agropecuarias, (INIA), de Chile, indica que la urea acidifica los suelos, no es recomendable usarla con riego por goteo pues pierde su eficacia, genera alta concentración de amonio lo que afecta la absorción de potasio, entre otros nutrientes.
Zea es garantía de hambre, empobrecimiento del suelo agrícola. Censurarlo es urgente, lo mismo que exigirle al cerrón-castillismo que nuestra agricultura esté a cargo de un verdadero experto y no se insista en colocar ineptos por amistad, canje político o mera estupidez. La ‘nueva reforma agraria’ una revolución en innovación, creatividad y capacidad, abasteciendo a toda la cadena agrícola de abonos orgánicos y acondicionadores de suelo (tecnología de punta).
Decía el sabio romano Lucio Anneo Séneca: “Un pueblo hambriento no atiende razones, ni se pacifica con la justicia, ni se doblega ante ninguna súplica”.
La permanencia de Zea garantiza levantamientos en el campo y caos en las ciudades por la potencial escasez.
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