Futuro sombrío el de Castillo
Conmigo… ¿qué pasará al dejar la presidencia?; es muy probable, sea la ansiosa pregunta que reverbera en la muy limitada mente de Pedro Castillo. La respuesta, premonitoria, todos la conocemos: ¡LA CÁRCEL! ¿Estaré a tiempo de renunciar? Se inquiriría el profesor; la respuesta: un inmenso estridente ¡NOOOO!
Entonces, aún con lo limitado que es, este pollino personaje sabe que sin el poder nadie estará con él en los tiempos difíciles; peor aún, tiene la plena seguridad que lo traicionarán, que lo apuñalarán por la espalda, mientras que los que ahora se valen de él para desfalcar al Estado, desde sus cantones provinciales y regionales, seguirán viviendo de la política mientras él, en su incómodo aposento penitenciario, vegetará añorando sus fantásticos tiempos mozos como revoltoso incendiario dirigente magisterial.
La caída de Castillo es cuestión de tiempo, pero hasta que eso no ocurra continuaremos siendo testigos del burdo saqueo de los recursos públicos, mientras al profesor sólo le quedará seguir defendiéndose con su trillada estúpida victimización. El chotano será limitado intelectualmente hablando, pero para ser delincuente no se requiere ser brillante, sólo se necesita la viveza y astucia propia del pillo sinvergüenza que aprendió a usar los resquicios y falencias del sistema normativo penal; el cual, por cierto, fue creado por los otros taimados y sus bandas que lo antecedieron en el poder.
El Congreso, evidente extensión del Gobierno, en su afán distractor, convulsiona la elección de la nueva junta directiva; con la bicameralidad; con la supuesta traición al sensible hermano Acuña; con la urdida farsa fuga de la hijastra cuñada empresaria; con el supuesto fraccionamiento de Perú Libre pero que votan en bloque blindando a Castillo, imposibilitando su vacancia, inhabilitación y destitución. Acuña, Luna, Vizcarra, Lescano, Mendoza, Arana y cuanto Innecesario propietario de partido político exista, apoyará la permanencia de este régimen hasta que éste ya no le “sirva”. Sr. Presidente, este humilde Quijote, le recuerda que es usted rehén de sus actuales compinches, sus futuros victimarios.
Salida intempestiva la del sexto ministro del interior Mariano González quien, presumo, quiso hacer las cosas bien pero que, sin elegancia ni remordimiento, fue expectorado vía Twitter, se dice, por no sujetarse a la directiva presidencial de no capturar a los prófugos exaliados del Gobierno. Cuánta información aportará el exministro González para la caída de Castillo, ya lo sabremos.
¡Todos tomamos nuestras decisiones, lo difícil es vivir con ellas! Sin embargo, nada obsta que aquellos que actuaron mal rectifiquen el rumbo denunciando los actos preparatorios de los delitos que se estarían planificando y en ejecución, así como los ya perpetrados de lo que va de este gobierno.
Está en la ciudadanía unida y organizada el retirar a Castillo del poder; el Congreso no lo hará. Lo digo y lo sostengo: sin intereses ni beneficio político de por medio… “SÓLO LAS CALLES VACARÁN A CASTILLO”.
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